EEUU
La "venganza" de los Amish: una botella de leche y un efecto dominó que provocó la victoria de Trump en el estado de Pensilvania
Este grupo tranquilo y pacífico era ajeno a la política norteamericana, hasta que tuvo lugar un episodio tenso con un juez demócrata en plena campaña electoral
Si bien Kamala Harris acabó siendo la más votada en las principales ciudades de EEUU (tales como Nueva York, Los Ángeles o Houston), así como en lugares con fama de tener mayor nivel socioeconómico, el resto del mapa se tiñó de rojo republicano y dio la victoria a Trump, quien será el nuevo presidente estadounidense una vez jure su cargo en enero de 2025. El norteamericano se impuso en la mayoría de los estados (31 de 51), haciéndose con todos los "swing states". Como en Pensilvania, donde la comunidad ultraconservadora de los amish, por primera vez en la historia, fue determinante para su relección.
Curiosamente, este grupo vive ajeno a la política. Los amish destacan por un estilo de vida sencillo, pacífico, tradicional y marcado por la religión y sus orígenes. Son descendientes de inmigrantes alemanes, austriacos y suizos que emigraron a América entre los siglos XVIII y XIX. Viven de la agricultura, del trabajo artesanal y la ganadería, y profesan el movimiento anabautista, una corriente del cristianismo.
A lo largo de su historia han sido considerados como una comunidad apolítica y apartidaria, y rechazan la tecnología y las comodidades de la vida moderna, como la electricidad, los coches o cualquier dispositivo electrónico. Se niegan a usar coches y siguen usando el carruaje de caballos, y emplean su característica vestimenta de trajes y vestidos largos y de colores oscuros.
Por ello, su participación en cualquier ámbito político es prácticamente nulo, pues no están en contacto ni siquiera con los medios de comunicación para seguir las campañas electorales. Y solo se movilizan por cuestiones esporádicas y motivaciones que afectan a su vida tranquila. En estas elecciones del 5 de noviembre de 2024, sin nunca antes haber ejercido su derecho a voto, decidieron participar en rechazo a las restricciones medioambientales promovidas por los demócratas.
Una discusión, una prohibición y una venganza en las elecciones: el histórico voto de los Amish y la movilización de Amos Miller dio la victoria a Trump en Pensilvania
El porqué tiene a uno de los amish como protagonista. Amos Miller, agricultor y ganadero de Lancaster, había estado vendiendo en su granja lácteos sin pasteurizar y otros productos durante más de quince años, pero nunca había tenido ningún problema o quejas con respecto a sus ventas. No obstante, sufrió una redada en su granja a principios de este año por parte del Departamento de Agricultura de Pensilvania, que le acusaba de hacerlo sin ningún permiso estatal.
Tal y como le indicaban las autoridades sanitarias, la Oficina del Fiscal General de Pensilvania, dirigida por la demócrata Michelle Henry, había presentado una demanda contra Miller para detener su venta de leche cruda y otros productos no regulados afirmando que había recibido denuncias contra la calidad de su producción. Como razón de investigación, alegaban que los lácteos crudos de la granja eran los responsables de un brote de E-coli y otras enfermedades que habían tenido lugar meses atrás entre Michigan y Ohio.
Asimismo, añadieron que había incumplido varias leyes de seguridad alimentaria y preocupación por los riesgos para la salud pública, y tras irrumpir en su granja, confiscaron alimentos por valor de 100.000 dólares. Miller no solo perdió leche, sino también carne pasteurizada, granola, jarabe de arce y otros productos que guardaba en su inventario.
Semanas más tarde, el juez Thomas Sponaugle del Tribunal de Causas Comunes de Lancaster prohibió la venta al público de los productos de los amish, afirmando que necesitaban un permiso estatal de leche cruda para poder volver a comercializarlas. Pero esto solo despertó la furia de esta comunidad, que acusaron a las autoridades demócratas de no respetar su libertad y estilo de vida y de maltrato hacia la comunidad.
De este suceso también se hizo eco Scott Presler, fundador del grupo conservador "Early Vote Action", que a la vez que ofreció su ayuda a Miller, quiso conectar la situación con las aspiraciones de los republicanos de llegar a la Casa Blanca.
Según publica The Economist, Presler fue puerta por puerta en mercados agrícolas y comunidades amish para acercar a estas poblaciones las políticas conservadoras republicanas, que prometen desregular y proteger sus actividades agrarias y rurales. La campaña se hizo especialmente intensa en el condado de Lancaster, lugar de residencia del granjero amish Miller y donde se encuentra la comundad amish más grande de Estados Unidos (45.000 personas).
No tardaron mucho en ser convencidos, y el pasado 5 de noviembre, culminaron su "venganza". Aquel día, los estadounidenses pudieron ver como decenas de miles de amish se acercaron con sus carruajes de caballos y sus ropas tradicionales a los colegios electorales a votar por Trump y poner fin a este tipo de regulaciones demócratas.
Una vez completado el escrutinio de Pensilvania, los resultados reflejaban la victoria de Trump en este estado por unos 150.000 votos sobre Kamala Harris. Se estima que alrededor de 90.000 de las papeletas en favor del republicano eran de los amish, convencidos por la campaña de Presler, compadecidos por la demanda sobre Miller y cansados de las políticas demócratas que salpicaron a su comunidad. Los amish destacan por su estilo de vida sencillo y pacífico... Pero han dejado claro que no por ello deben ser subestimados.
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