La vida de Ryan Wesley Routh, el sospechoso de 58 años detenido por el intento de asesinato del expresidente Donald Trump, es la historia de un hombre que pasó del amor al odio hacia el candidato republicano, mientras promovía diversas causas internacionales, como el apoyo a Ucrania. El FBI está investigando la motivación de Routh, la cual todavía no ha trascendido, pero cree que podría haber estado motivado por la frustración «con la posición de Trump sobre el conflicto ucraniano», según fuentes del FBI, después de que Trump se negase a responder durante el debate presidencial de la semana pasada si Ucrania debería ganar su guerra contra Rusia.

Routh era originario de Carolina del Norte, donde se crio y estudió en la Universidad Técnico-Agrícola de ese estado. Desde joven tuvo muchos problemas con la Ley, ya que contaba con un extenso historial de antecedentes penales que incluían conducir sin carné, atropello con fuga, llevar un arma oculta sin registrar y comerciar con bienes robados. En 2018, el aspirante a magnicida se trasladó a Hawái.

Hasta hace poco, el aspirante a magnicida se definía como republicano. En las elecciones de 2016 incluso votó por Trump. No obstante, el 10 de junio de 2020, Routh cambió radicalmente y dirigió una de sus publicaciones en la plataforma X hacia el presidente en la que le decía que se había convertido en una «decepción». «Me alegraré cuando te hayas ido», concluyó. Asimismo, indicó en sus redes que a partir de ese momento estaría del lado del senador Bernie Sanders, quien entonces era uno de los candidatos a las primarias presidenciales demócratas. Sin embargo, en enero de 2024 volvió a mostrar su respaldo hacia los republicanos apoyando al excandidato presidencial Vivek Ramaswamy.

Rough también era un hombre perturbado por diversas teorías conspirativas que se dedicaba a promover a través de su página de Facebook, donde entre octubre y noviembre de 2023 publicó informaciones sobre China, el Covid-19 y la guerra biológica. A finales de ese año, también cuestionó la legalidad del Estado de Israel. Por otro lado, según fuentes del FBI, el número de teléfono que aparecía en su perfil también estaba «en un sitio web de la llamada Legión Extranjera de Taiwán», cuyo objetivo era reclutar a voluntarios internacionales dispuestos a luchar si se producía un conflicto con China. Desde ese momento, la guerra y el reclutamiento serían sus próximas obsesiones.

El aspirante a magnicida decidió partir hacia Ucrania cuando, en febrero de 2022, Rusia invadió el país. Tanta era su obsesión que intentó alistarse en la Legión Extranjera ucraniana para combatir, pero fue rechazado por su edad, entonces tenía 50 años, y por no tener experiencia militar. Allí fue entrevistado por el diario Financial Times, al que aseguró que trabajara para reclutar a otros extranjeros. No obstante, la Legión Internacional para la Defensa de Ucrania informó este lunes que «nunca ha sido parte o ha estado vinculado en ninguna capacidad. Cualquier afirmación o sugerencia que indique lo contrario es completamente inexacta». Por otro lado, según una de sus fotografías en la plataforma de su perfil de LinkedIn, el detenido aparece ataviado con un chaleco antibalas. En otra, tomada en la plaza de Maidán, escribió: «En Kyiv para proporcionar soldados para el esfuerzo de guerra».

Se cree que Routh incluso quiso reclutar a excombatientes afganos, los cuales habían sido entrenado por Estados Unidos antes de la vuelta del régimen talibán, para que combatieran en el bando ucraniano. Más adelante, el 30 de abril, el detenido apareció en diversos medios norteamericanos durante una protesta organizada por miembros próximos al Batallón Azov, el cual casi fue diezmado durante la defensa y caída de la ciudad de Mariúpol. En dichas imágenes, se le vio ataviado con una bandera norteamericana alrededor del cuello mientras sujetaba un cartel en el que había escrito: «Esto es el bien contra el mal. Acabemos con Rusia por nuestros hijos».

Aunque todavía no están claros los motivos que anteayer llevaron a Routh a intentar matar al expresidente Trump, su extraña deriva política y su perfil radicalizado muestran a un hombre que iba dando bandazos por la vida y que, seguro, harán las delicias de los futuros analistas e historiadores dedicados a comprender la mente perturbada que se suma al de Thomas Mathews Crooks, o a la de John Hinckley Jr., quien intentó matar a Ronald Reagan en 1981, entre otros.