Espionaje
¿Qué revelan las “piezas electrónicas clave” del globo espía halladas por EE UU?
Washington aprieta el cerco sobre Pekín en su investigación por el aerostato mientras sigue abierto el misterio de los pequeños "objetos voladores"
En las últimas horas, el Ejército estadounidense afirmó haber recuperado “piezas electrónicas clave” del objeto de origen chinoderribado por un avión F-22 Raptor frente a las costas de Carolina del Sur el pasado 4 de febrero, y que detonó en la más reciente escalada diplomática entre Washington y Pekín.
"Los equipos han podido recuperar restos significativos, incluidos todos los sensores prioritarios y las piezas electrónicas, así como grandes secciones de la estructura”, se lee en un comunicado firmado por el Comando Norte del Ejército de Estados Unidos.
La investigación parece indicar que los sensores habrían sido usados para la recopilación de datos de inteligencia, aunque el análisis del FBI sigue en marcha. El profesor del Centro de Estudios Estratégicos en la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, Evan Ellis, advierte a LA RAZÓN que de acuerdo con lo informado parece que los elementos hallados “podrían ser capaces de interceptar teléfonos móviles, bloquear o activar transmisiones de paquetes de datos, así como vigilar operaciones militares mucho más cerca que el alcance de un satélite”. Se trata de una plataforma que permitiría -dice- “lanzar otro tipo de ataques de mayor alcance”.
Este análisis contrasta con la versión del Gobierno chino, que defiende un supuesto origen meteorológico del artefacto, que presuntamente se habría desviado en su trayectoria. Nadie en Washington se lo cree.
Mientras se conoce más, el Pentágono y el FBI investigan también el origen de otros tres artefactos de menor tamaño que han sido detectados en sobrevuelos por Norteamérica. El presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, dijo este martes que no hay indicios de que estos objetos sean espías ni que esté china detrás de ellos.
Antes, la Casa Blanca se había ido lanza en ristre contra Xi Jinping y acusó a su gobierno de desarrollar un programa militar de espionaje a través de globos enviados a 40 países de los cinco continentes. El episodio propició la cancelación de un viaje a Pekín por parte del secretario de Estado, Antony Blinken.
En paralelo China, en un intento de sopesar la carga de acusaciones, ha señalado a Washington de irrumpir su espacio aéreo con el sobrevuelo de al menos diez globos estadounidenses durante el último año.
"Estados Unidos debería realizar una investigación muy exhaustiva y darle una explicación a China", sentenció el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
Casi al instante, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, negó los señalamientos en una entrevista ofrecida a la cadena MSNBC. "No es cierto. No lo hacemos. Absolutamente no es cierto", aseguró.
La vulnerabilidad de los cielos
El episodio, que ya deja laceraciones diplomáticas entre las superpotencias que se prevén difíciles de superar, también es un desafío de seguridad nacional. Para los expertos, la crisis de los globos chinos da pistas sobre cómo podrían librarse eventuales guerras tecnológicas en el futuro.
Según Ellis, la respuesta de Estados Unidos ofrece garantías sobre la dirección de la política militar del país. “Washington no dudará en derribar cualquier amenaza a la soberanía o la seguridad de los vuelos comerciales”, dice.
Sin embargo, el también experto en la relación de China con Occidente afirma que la tecnología de globos “sigue representando una amenaza compleja que no debe ser contrarrestada de manera tradicional”.
Para entender cómo hacer frente a este tipo de ataques, dice Ellis, hay que buscar la motivación. Algunos académicos en Estados Unidos creen que Pekín pudo haber provocado la escalada de esta crisis en respuesta a la firma de un convenio entre Washington y Manila para la aprobación de cuatro nuevas bases militares en áreas “estratégicas” del archipiélago asiático, con el objetivo de disuadir al gigante asiático de cualquier agresión a Taiwán y al mar de China Meridional.
Mientras llueven teorías, este martes en Washington el Congreso lleva a cabo de manera bipartidista una audiencia a puerta cerrada para conocer más información sobre los hallazgos del Pentágono y el FBI en relación con el globo espía chino.