EEUU
La curiosa razón que explica por qué sale humo del suelo y las alcantarillas de Nueva York
Entre las calles de la ciudad que nunca duerme abunda este fenómeno atípico y misterioso que, sin embargo, es necesario para la subsistencia de los neoyorquinos
Conocida como "la ciudad que nunca duerme", Nueva York es una de las ciudades más impresionantes y maravillosas de Estados Unidos y del mundo. Times Square, el Empire State o Central Park son lugares inigualables que se pueden encontrar en este territorio visitado por millones de personas todos los años y en cualquier época del año. Pero entre sus calles, abunda un fenómeno atípico y misterioso del que muchos se percatan y pocos conocen cómo puede ser posible que aparezca: el vapor que sale de las alcantarillas y el suelo y baña la ciudad.
Ese vapor que aparece como telón de fondo de un Nueva York elegido para muchas películas es tan típico como los taxis amarillos en los que turistas -o locales- se montan para recorrer la Gran Manzana. Y es que en los entresijos de la ciudad se encuentran más de 170 kilómetros de tuberías y canalizaciones escondidos bajo las calles neoyorquinas, formando así la red de distribución de vapor más grande del mundo con casi 130 años de antigüedad.
Este conjunto de tuberías data de la década de 1880 y su primer cliente fue el edificio de United Bank, en la esquina de Wall Street, pues le servía como energía para operar sus ascensores. Con el tiempo, fue evolucionando, y ahora está colocado de tal manera que se puede distribuir el vapor por toda la ciudad y así poder suministrar calor a los edificios.
Se trata, asimismo, de un servicio público que permite la llegada de agua caliente o calor a más de 1.600 edificios en Manhattan. Hogares, comercios o miles de negocios se ven beneficiados gracias a esta red de canalizaciones y obtienen un método eficaz y eficiente para llevar a cabo cualquier actividad en la que necesiten calor. Más allá de calefacción, aire acondicionado y agua caliente a edificios, pero el vapor también se emplea para cocinar o limpiar platos en restaurantes, planchar ropa en tintorerías, esterilizar el material o humidificar salas de museos, entre otras utilidades.
Por ello es muy común encontrarse por cualquier parte de Nueva York unas chimeneas naranjas que sacan humo, como si se tratara de casas con lumbre construidas en el subsuelo. La razón es que el agua, al entrar en contacto con estas calientes tuberías, forman nubes de vapor que se filtran por las alcantarillas o grietas del suelo, dando lugar a esta imagen tan típica que podemos presenciar.
Sin estas tuberías, por ejemplo, sería muy complicado que rascacielos tan gigantes como el Empire State Building fueran calentados, aunque es cierto que no todos los edificios de la ciudad usan este sistema de vapor, pues algunos tienen bajo el suelo sus propias calderas y proporcionan el servicio a quienes habitan o trabajan allí.
No obstante, su construcción también ha creado controversias y polémicas debido al peligro que puede suponer, y es que en algunas ocasiones han tenido lugar explosiones fatales de tuberías de vapor de la ciudad que han dejado infraestructuras dañadas o personas heridas e incluso fallecidas. Una de ellas, en 1989, dejó tres muertos en el barrio de Gramercy Park, y otra en 2007, dejó un muerto y decenas de heridos cerca de la terminal Grand Central.
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