Elecciones en Alemania
Alemania tiene tres semanas para evitar elecciones
El presidente Steinmeier contacta con Verdes y Liberales para resucitar las negociaciones.
El presidente Steinmeier contacta con Verdes y Liberales para resucitar las negociaciones.
Alemania sigue transitando por el terreno desconocido de la inestabilidad institucional. Dos días después de que se rompieran las negociaciones para formar Gobierno entre conservadores (CDU/CSU), liberales (FDP) y verdes, algo se mueve en el tablero político berlinés. El presidente federal, Frank Walter Steinmeier, árbitro de la situación a su pesar, inició ayer los contactos con los líderes de los partidos para evitar a toda costa volver a las urnas dos meses después de unas elecciones que alumbraron un Parlamento (Bundestag) «colgado» tras la incursión por primera vez de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Echando mano de sus dotes diplomáticas, el que fuera ministro de Asuntos Exteriores en dos gobiernos de Angela Merkel recibió por la mañana en el palacio de Bellevue a los presidentes de Los Verdes, Simone Peter y Cem Özdemir.
A las cuatro de la tarde fue el turno del liberal Christian Lindner, considerado el principal culpable del fracaso de la coalición Jamaica –llamada así por los colores de los tres partidos– por levantarse de la mesa al filo de la madrugada del lunes. En una entrevista en la televisión pública ARD, el líder del FDP justificaba su mutis aduciendo que su sensación aquella noche era que «tras 50 días tenemos aún 237 conflictos» pendientes.
Pese a todo, los dirigentes democristianos no descartan convencer a los liberales, que regresaron al Parlamento en las elecciones del 24 de septiembre tras una legislatura en el ostracismo extraparlamentario. El responsable de política interior de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Armin Schuster, cree que se podrán reactivar de nuevo las conversaciones con el FDP y Los Verdes.
De hecho, ésta es la opción preferida por Merkel, que ha querido dejar meridianamente claro que prefiere volver a las urnas que mendigar apoyo parlamentario para cada proyecto de ley. «Un Gobierno en minoría no está en mis planes, pero esperemos unos días para ver qué pasa. En todo caso, la opción de nuevas elecciones es una alternativa», aseguró a la ARD. La cuestión es que en Alemania no es la canciller quien disuelve el Parlamento y convoca a las urnas, sino el presidente federal.
Según el artículo 63 de la Constitución, Steinmeier debe presentar al Bundestag un candidato a canciller si no lo hace ningún partido. En ese caso, aunque podría elegir a otro aspirante, nominará a Merkel por ser la candidata que más apoyos puede recabar. En una primera y segunda votación, la líder democristiana necesitará mayoría absoluta para ser investida, pero pasados 14 días podrá serlo en una tercera sólo por mayoría simple. En ese caso, el jefe de Estado dispondrá de una semana para encargar a Merkel presidir un Gobierno en minoría o convocar elecciones en un plazo máximo de 60 días. Es decir, que todavía hay tiempo para frenar una cita electoral que, según apunta la prensa alemana, se celebraría el 22 de abril.
Paralelamente a los contactos de Steinmeier, Peter Altmaier, mano derecha de Merkel como ministro de la Cancillería y titular de Finanzas en funciones tras la elección del veterano Wolfgang Schäuble como presidente del Bundestag, hizo un llamamiento a socialdemócratas, liberales y verdes para trabajar en las próximas tres semanas y sacar a la locomotora europea del «impasse» político actual. «Debemos estar en una situación en las próximas tres semanas en la que haya claridad sobre si puede haber un Gobierno estable con este resultado electoral», manifestó a la televisión pública ZDF. Altmaier recordó que los votantes dieron su confianza a los conservadores e instó al resto de formaciones a cumplir los consejos del presidente federal, que en su mensaje oficial del lunes les recordó que «quien presenta una candidatura para asumir responsabilidades políticas no puede renunciar a éstas cuando ya las tiene en sus manos».
El hombre de confianza de Merkel no perdió la ocasión para apelar de nuevo al sentido de Estado de los socialdemócratas: «Debemos dar al SPD una oportunidad para pensar [sobre la responsabilidad que tienen]». Y es que, como han asegurado a LA RAZÓN fuentes cercanas al principal partido de la oposición, no cesan las presiones para que la formación de Martin Schulz, que cosechó el 24-S el peor resultado de su historia (20% de votos), pacte con la CDU/CSU la que sería su tercera Gran Coalición con Merkel. Dichas fuentes no descartan que, en última instancia, el SPD acepte prestar apoyo parlamentario a un Gobierno en minoría.
Entretanto, la dirección del partido mantiene su negativa a compartir el poder con los conservadores. Andrea Nahles, la jefa del grupo parlamentario del SPD, recordó ayer que «no somos una solución provisional de emergencia para Merkel», aunque aseguró que aprovechará el encuentro de hoy con Steinmeier para abordar el futuro de Alemania. «Deberíamos hablar sobre cómo formamos un proceso que lleve a nuestro país a un Gobierno nuevo y estable», aseguró la ministra en funciones de Trabajo.
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