Elecciones en Estados Unidos
¿Por qué el 5 de noviembre? La razón por la que las elecciones de Estados Unidos son siempre en martes
La tradición dicta que los comicios deben celebrarse el primer martes después del primer lunes de noviembre
El primer martes después del primer lunes de noviembre. La tradición dicta que las elecciones presidenciales en Estados Unidos deben tener lugar ese día. Pero los votantes no solo elegirán el próximo martes 5 de noviembre a su próximo presidente y vicepresidente, sino que renovarán además un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes.
De acuerdo con la Constitución de Estados Unidos, el presidente y el vicepresidente son elegidos cada cuatro años, mientras que los congresistas tienen un mandato de dos años y los senadores de seis. El encaje de los distintos calendarios electorales determina que cada cuatro años tienen lugar unos comicios que pueden cambiar el rumbo del país.
A diferencia de la mayoría de los países, que celebran sus elecciones los domingos, Estados Unidos fija la votación un martes especial: el primer martes después del primer lunes de noviembre. Para conocer el porqué hay que remontarse hasta el 23 de enero de 1845. Ese día, la Cámara de Representantes aprobó una ley «para establecer un tiempo uniforme para celebrar elecciones de electores del presidente y vicepresidente en todos los estados de la Unión», que fijó un martes especial como el Día de las Elecciones.
Dicha norma determina que «los electores del presidente y vicepresidente serán designados en cada estado el martes siguiente al primer lunes del mes de noviembre del año en el que deban ser designados: siempre que cada estado pueda, por ley, prever la sustitución de cualquier vacante que ocurra en su colegio electoral cuando dicho colegio se reúna para emitir su voto electoral».
La ley unificó así la fecha de los comicios. Quedaba resuelto, de esta forma, un defecto significativo en el sistema electoral anterior. Hasta la aprobación de dicha norma a nivel federal, todos los estados podían celebrar elecciones en cualquier día dentro de los 34 días anteriores al primer miércoles de diciembre, cuando se reunían los electores del colegio electoral. En ese sistema, los estados que celebraban elecciones federales antes publicaban sus resultados finales, influyendo en los resultados de los estados que celebraban sus elecciones más tarde.
Como resultado, los estados que votaban antes influían en los resultados de los estados que votaban después. Establecer un día uniforme como Día de las Elecciones ayudó a eliminar esa influencia indebida. Pero ¿por qué el primer martes después del primer lunes de noviembre? Por la cultura agraria que caracterizaba entonces a Estados Unidos.
Se pensaba que las elecciones en primavera y principios de verano interferían con la temporada de siembra, y las elecciones a fines del verano y principios del otoño coincidían con la cosecha. Eso dejó a noviembre, después de la cosecha, pero antes de la llegada del invierno, como la mejor opción.
Dado que la mayoría de los estadounidenses eran agricultores cuando se aprobó la ley federal, el martes en noviembre funcionaba mejor con la temporada de siembra. El martes les daba a los ciudadanos estadounidenses suficiente tiempo –un día de ida y vuelta– para viajar a las estaciones de votación. El domingo quedó descartado desde el primer momento porque la mayoría de los estadounidenses asistían a la iglesia; y los miércoles eran días de mercado para los agricultores, lo que también era inconveniente. Así que se eligió el martes, una tradición que ha permanecido hasta hoy.
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