Espionaje
¿Es el supuesto globo espía chino una estrategia política de Pekín?
China insiste en que su artefacto era «de uso civil» y acusa a Estados Unidos de «dañar gravemente» las relaciones entre las dos potencias
Del mismo modo que en mayo de 1960 un avión espía estadounidense U-2 fue derribado mientras realizaba labores de espionaje sobre la Unión Soviética, lo que hizo fracasar una importante cumbre entre el presidente Dwight Eisenhower y el líder soviético Nikita Jruschov, el derribo del globo espía chino por un F-22 Raptor ha arruinado una importante cumbre entre el Secretario de Estado estadounidense y los dirigentes chinos, prevista para restablecer las deterioradas relaciones sino-estadounidenses.
Los globos espía se han convertido en una alegoría del fiasco que ha dominado las relaciones entre Estados Unidos y China durante la última semana: un torbellino de espionaje, subterfugios y tensiones diplomáticas que han cautivado a millones de personas en un espectáculo que ambas superpotencias continúan viendo cómo sortear.
Este lunes, Pekín envió al viceministro de Asuntos Exteriores, Xie Feng, para “hacer gestiones serias” sobre la decisión de Washington de derribar el globo que terminó su viaje el sábado a 20.000 metros de la costa este de Estados Unidos. “En nombre del gobierno chino, nuestro país expresa su decidida oposición y enérgica protesta por el incidente e instamos a Washington a no tomar medidas que perjudiquen los intereses chinos o hagan expandir las tensiones entre los países”, declaró Xie el lunes al jefe de la Embajada de EE UU en la capital.
Xie acusó a Estados Unidos de «dañar gravemente» las relaciones entre las dos potencias.
Al aumentar la retórica y restar importancia al asunto, la segunda economía mundial ha alimentado el ego de su público nacionalista y ha evitado, por el momento, una escalada de la situación con la Casa Blanca. El presidente estadounidense prepara ahora el terreno para que la potencia comunista tome posibles represalias en el espacio aéreo más disputado del mundo.
Después de las islas Aleutianas, el globo -del tamaño de tres autobuses escolares- pasó sobre el oeste de Canadá y volvió a entrar en el espacio aéreo estadounidense sobre el norte de Idaho y Montana, estado que alberga uno de los tres silos de misiles balísticos intercontinentales estadounidenses. Pekín, con la boca pequeña, lo calificó de “dirigible civil” utilizado para investigaciones, principalmente de tipo meteorológico, que se desvió mucho de su ruta prevista.
No obstante, Estados Unidos lo calificó de “globo altamente avanzado propulsado por Inteligencia Artificial capaz de llevar a cabo misiones de vigilancia y reconocimiento a gran altitud”. No era la primera vez que estos globos espía eran visibles en el mundo. En los últimos tiempos se han visto similares sobre varios países, entre ellos América Latina, Taiwán y, al parecer, también India, lo que ha suscitado serias especulaciones sobre las intenciones chinas.
Los globos inteligentes representan una tecnología histórica ampliamente utilizada antes del desarrollo de los satélites geosíncronos y de baja altitud, incluido su uso extensivo en la década de 1950 por parte de EE UU durante la Guerra Fría. Pero en la actualidad, han caído en desuso.
Existen numerosas ventajas de estos aparatos que pueden desbancar a cualquier dron, plataforma aérea o sistema de vigilancia por satélite de los tiempos modernos. En primer lugar, vuelan a gran altitud, donde muy pocas aeronaves pueden llegar, a una zona fuera de la cobertura de la mayoría de los radares. Asimismo, están realizados predominantemente de material sintético y el uso de metal es muy reducido en este tipo de plataformas, lo que los hace a prueba de radares. Por otro lado, su diseño circular desvía la señal de los radares y el hecho de que vuelen a muy baja velocidad les hace casi invisibles para los equipos de detección terrestres. A diferencia de otras plataformas, pueden permanecer sobre un objetivo durante días y recoger los datos durante mucho tiempo, lo que les confiere un alto nivel de fiabilidad. Otra gran virtud es que, a diferencia de los satélites, sus órbitas no pueden predecirse.
Estos dirigibles pueden equiparse con un avanzado sistema de maniobra accionado por Inteligencia Artificial (IA), radares de apertura sintética (SAR), herramientas de imagen óptica de alta resolución, dispositivos de inteligencia de señales, nodos de enlace de datos para radio y satélite y conjuntos de paneles solares para alimentar todas estas herramientas. Estas matrices son similares a las instaladas en los satélites, lo que confiere a los mismos una autonomía de varios meses. Estos modelos también pueden equiparse con un enlace de comunicación por satélite para enviar la información a su estación base en tiempo real.
Por otro lado, hay quienes no los consideran como una plataforma ideal para el espionaje. Son grandes y difíciles de ocultar. Van adonde les llevan los vientos y son esencialmente ingobernables. Japón lanzó globos para arrojar bombas incendiarias sobre el estado de Washington en la Segunda Guerra Mundial; el objetivo era Seattle, pero nunca consiguieron sobrevolar la ciudad.
Los parámetros técnicos exactos y otros detalles de la aeronave abatida el pasado sábado sólo se conocerán después de que los funcionarios del Pentágono emitan alguna comunicación al respecto. Lo que parece claro es que, en el mundo actual, que ya era testigo de nuevas y avanzadas máquinas de guerra, una nueva herramienta se añade ahora: estos globos espía impulsados por IA. Ahora los tecnólogos de defensa de las mayores potencias mundiales serán instados a explorar contramedidas.
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