Yihadismo
El ejército de Burkina Faso libera a 66 rehenes que fueron secuestradas por los yihadistas
Las rehenes, entre las que se encontraban una mayoría de mujeres junto con algunos niños, fueron liberadas durante una operación militar en la región Centro-Norte del país
La televisión estatal de Burkina Faso anunció este viernes que el ejército ha liberado a 66 mujeres y niños que fueron secuestrados a principios de enero por extremistas islámicos. Las rehenes, entre los que se encontraban 39 niños y cuatro bebés, fueron localizadas durante un operativo militar en la región Centro-Norte del país.
Las autoridades comunicaron que el rapto sucedió mientras las víctimas estaban recolectando frutas silvestres en un campo próximo a la ciudad de Abind, en la provincia de Soumm entre el 12 y el 13 de enero. Cuarenta mujeres fueron secuestradas durante el primer ataque; lo ocurrido llegó a oídos de sus familiares gracias a que tres de ellas consiguieron escapar. Un destino similar vivió otro grupo de mujeres al día siguiente, que no se habían enterado de lo sucedido y se desplazaron a ocho kilómetros de la ciudad. La ciudad de Arbinda ha estado bajo bloqueo yihadista durante años, lo cual hace que las mujeres sean más vulnerables a los ataques si intentan marcharse, según comunican diversos grupos de derechos humanos.
La violencia yihadista, vinculada tanto a al-Qaeda como al Estado Islámico, ha invadido desde 2015 importantes zonas de Burkina Faso, igual que ha ocurrido en la vecina Mali desde 2012. Sólo en Burkina Faso, más de 2 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse de sus hogares para escapar de la violencia, mientras se calcula que el conflicto se ha cobrado más de 2.000 vidas desde su comienzo.
El hecho de que los sucesivos gobiernos no detuvieran la oleada de violencia (entre los que destaca el ataque al Splendid Hotel en enero de 2016, con 30 víctimas mortales y 176 rehenes liberados) ha provocado un descontento generalizado en esta nación de 22 millones de habitantes, desencadenando dos golpes militares en 2022. El último de ellos, liderado a finales de septiembre por el capitán de artillería Ibrahim Traoré, prometió a la población restaurar la seguridad de forma definitiva, aunque la situación no ha mejorado desde entonces. Más de la mitad del país, en especial el norte y el este, viven asoladas de forma periódica por los grupos radicales que combaten en comunión con las células del JNIM y del Estado Islámico asentadas en Mali.
A este descontento con los gobiernos, se le suma la creciente animadversión que experimenta la población local contra Francia, vieja potencia colonizadora y actual aliada de Burkina en la lucha antiterrorista. En el golpe de Estado sucedido en septiembre se sucedieron los ataques contra organismos franceses, ataques donde se exigía la retirada de los galos del país y la entrada en su lugar de mercenarios rusos del Grupo Wagner (algo similar a lo sucedido en Mali). Miles de personas salieron este fin de semana a las calles de las principales ciudades del país para reiterar este deseo. La junta militar liderada por Traoré ha dado a entender su intención de aproximarse a los rusos, mientras informaciones recientes aseguran la presencia de un contingente de mercenarios ya radicado en la capital del país, Uagadugú.
Aunque las malas noticias superan a las positivas en Burkina Faso, la liberación de los 66 rehenes ha supuesto una bocanada de alivio para la población civil.
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