Testigo directo
La odisea de José y Sabrina para salir de Perú en plena ola de protestas
La crisis política ha sorprendido a la pareja de luna de miel en el país andino. Critican que no se ha sentido acompañados ni ayudados por los servicios consulares españoles. La presidenta Dina Boluarte pide al Congreso que apruebe el adelanto electoral para calmar las calles peruanas
Las protestas sacuden Perú y no tienen visos de terminarse. Ya son 23 los fallecidos por las manifestaciones y los heridos se cuentan en decenas. A pesar del toque de queda impuesto y del estado de emergencia, el descontento invade las calles peruanas tras su enésima crisis política. Esta vez, tras el caos generado por el destituido Pedro Castillo, quien después atestar un autogolpe de Estado, de momento, cumple con 18 meses de prisión preventiva. Su sustituta, la actual presidenta Dina Boluarte, volvió ayer sábado a exigir al Congreso que convoque elecciones anticipadas en el país para así acallar las protestas. Un deseo, asegura la mandataria, compartido por la mayoría de los peruanos. «El Congreso debe reflexionar y trabajar de cara al país, el 83% de la población quiere adelanto de elecciones», indicó Boluarte en referencia a una de las últimas encuestas del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Asimismo, la presidenta anunció que se desplazará junto a sus ministros a diversas regiones del país donde se están produciendo los choques y paros más fuertes y que en los próximos días remodelará el Gabinete que conformó hace tan solo una semana.
José (español) y Sabrina (argentina) han vivido en primera persona los daños colaterales provocados por que su luna de miel coincida en espacio y tiempo con una crisis política de este calibre. Salir del país –esperan por fin lograrlo hoy– ha resultado toda una odisea en la que no se han sentido acompañados ni ayudados por los servicios consulares españoles.
Horas antes de su partida, explican a LA RAZÓN que, a pesar de la inmensa dificultad para poder por fin tomar un avión hacia Argentina y continuar con su luna de miel, comprenden que los peruanos protesten, –la situación en Perú es «tercermundista»–, y también que hayan bloqueado las zonas más turísticas del país, para hacer más ruido mediático y que se les escuche.
El viernes, la agencia AFP informó que habría unos 5.000 turistas atrapados en Cuzco, la ciudad peruana de acceso a la ciudadela inca de Machu Picchu. Aquí, José y Sabrina han estado atrapados tres días. Darwin Bacca, alcalde del municipio que aloja esta maravilla del mundo, indicó ayer que eran 300 los turistas aún varados.
El testimonio de esta pareja de licenciados en Educación Física de 36 años es de auténtica pesadilla. Aunque ellos lo rebajan a «incertidumbre». Llegaron a Lima el 4 de diciembre, cuando todavía Pedro Castillo no había perpetrado el autogolpe fallido. No fue hasta su vuelta de Machu Picchu cuando comenzó la carrera de obstáculos. No había autobuses para salir, la mayoría tenían las ruedas pinchadas. Un peruano se apiadó de ellos y otros turistas, incluida una familia con un bebé. En pleno trayecto hasta Santa Teresa unos piquetes les interceptaron e increparon al conductor con punzones para que parase el vehículo y abandonase a los turistas. Finalmente les acercó hasta donde pudo, a 2 km de su alojamiento. Tras una caminata sobre un río, llegaron. Allí se han quedado finalmente tres días, ya que el aeropuerto estuvo cerrado hasta el viernes por la tarde y su vuelo se canceló.
Indignación con la Embajada española
«Desde el principio nos pusimos en contacto con la Embajada de España en Perú. No nos cogieron el teléfono». También les mandaron un email y solo les contestaron con un listado. «Nos pedían que nos inscribiéramos en una lista. Nos hemos sentido muy dejados», reconoce José, del municipio de Paracuellos. «No ha habido atención personal. Sin ponerse en contacto con nosotros. Te sientes muy indefenso y que tienes que tomar tú las decisiones aunque sean peligrosas para salir de allí».
A pesar de haber pasado 36 horas sin dormir, otro recorrido en un coche a toda velocidad, haciendo «rallies», con un «piloto» que era un organizador de la protesta ya cansado de manifestarse que les advirtió que a partir del lunes «comenzará una guerra civil», en un trayecto de piedras de gran tonelaje, árboles caídos, barricadas... Por suerte, lograron llegar a Cuzco sanos y salvos. «En el camino nos hemos encontrado a gente muy buena que nos ha ayudado a cambio de nada», confiesa Sabrina. Hoy, domingo, tienen su viaje programado a las 17:10 (hora local) hacia Lima y de ahí hasta Argentina. «Nosotros nos vamos, pero los peruanos se quedan», remarca.
✕
Accede a tu cuenta para comentar