Cadena perpetua para dos rusos y un ucraniano por el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en 2014

La Justicia holandesa ha concluido que el vuelo MH17 de Malaysia Airlines, derribado en 2014, fue abatido por el disparo de un misil de fabricación rusa en un momento en el que Moscú tenía el control de las fuerzas separatistas en la zona de Donbás (Ucrania). De esta forma, el tribunal de Países Bajos encargado del juicio descarta de manera clara que lo sucedido pueda ser considerado un accidente y condena a prisión perpetua por asesinato a dos responsables rusos y a un ciudadano ucraniano por haber terminado con la vida de las 298 personas que viajaban a bordo del aparato que realizaba el trayecto desde Ámsterdam a Kuala Lumpur. El único sospechoso exculpado ha sido el único que no había sido juzgado oficialmente en rebeldía.

Aunque esta sentencia ayuda a esclarecer los hechos, ninguno de los condenados ha comparecido ante el tribunal holandés, por lo que se descarta que acaben siendo encarcelados. Aunque este veredicto señala de manera directa a Moscú, se sigue sin saber quién dio la orden de disparar este misil (los condenados tan solo se habían ocupado de los preparativos) y quién se encargó del traslado de la lanzadera desde Rusia al este de Ucrania. El Kremlin siempre ha negado tener algo que ver y se ha opuesto a la extradición de los sospechosos de nacionalidad rusa. Parece que, de momento, la victoria para las víctimas es tan solo moral tras estos ocho largos años de espera para esclarecer los hechos.

Un equipo de investigadores internacionales ha estado dilucidando lo sucedido sin que haya sido posible por el momento resolver todos los flecos. «Desde mediados de mayo de 2014, Rusia tenía por decirlo así un control general sobre la República Popular de Donetsk (RPD)», ha concluido el juez que preside el tribunal, Hendrik Steenhuis, ya que «varios líderes tenían nacionalidad rusa y antecedentes en las Fuerzas Armadas rusas». Además, según la sentencia «otros líderes en la RPD tenían una estrecha relación con Rusia y hablaban de «Moscú» o «el Kremlin» en las conversaciones interceptadas.

Para el juez, esto evidencia la existencia de «una acción militar concertada» en Donbás bajo el paraguas de Moscú. Sin embargo, ya que oficialmente Rusia ha negado su papel en la contienda y los acusados no forman parte del Ejército ruso, tampoco pueden beneficiarse de la inmunidad garantizada a los combatientes en un conflicto. A pesar de las condenas a cadena perpetua, el tribunal concluye que en el momento del disparo del misil, los responsables creían que se trataba de un avión militar y no de uno que transportaba pasajeros civiles en un trayecto de carácter regular.

La guerra en Ucrania ha hecho que este caso cobre mayor relevancia en un momento de máxima tensión. Aunque nadie se aventura a predecir cuándo terminará la invasión, algunas voces ya comienzan a pedir la puesta en marcha de un tribunal internacional «ad hoc» para juzgar a los responsables de los crímenes. Aunque la Corte Penal Internacional ya está investigando las atrocidades cometidas por los soldados rusos, tras los descubrimientos de fosas comunes, los países bálticos consideran que este tribunal no tiene competencias para juzgar este tipo de hechos y creen que la creación de un tribunal especial debe ser una prioridad de la UE.