Testimonios
Las familias de las víctimas del MH17 cuentan su impotencia: “Nadie eligió ser parte de ese conflicto político”
El vuelo derribado en el este de Ucrania dejó 239 desaparecidos, todos ellos presumiblemente muertos
Los familiares de las víctimas del MH17, el vuelo de Malaysia Airlines derribado en 2014 en el este de Ucrania, comenzaron este lunes a contar sus testimonios ante la Justicia neerlandesa y subrayaron las pesadillas recurrentes, el trauma provocado y su sufrimiento durante el proceso de recuperación de los restos de las víctimas.
En las próximas tres semanas, el tribunal de alta seguridad de Schiphol ha reservado tiempo para que 91 familias neerlandesas y extranjeras puedan dirigirse a los jueces, la fiscalía y los abogados de los cuatro sospechosos -tres rusos y un ucraniano- de lo ocurrido, aunque ninguno está acusado de haber disparado el misil Buk que derribó el avión malasio.
Ria van der Steen, que perdió a su progenitor y su madrastra que iban de camino a Indonesia, fue la primera en hacer uso de la palabra y aseguró haberse “despertado gritando, durante meses y meses, todas las noches, una y otra vez”.
Usando una cita de “El Archipiélago Gulag”, del escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn, denunció que los culpables “mienten, sabemos que mienten, y saben que sabemos que están mintiendo” y lamentó, sobre su duelo, que se ha despedido muchas veces, pero “la pregunta es cuántas veces se puede decir adiós y cuándo decir adiós es para siempre”.
“Olía a fuego y muerte. Y yo gritaba: ‘Papá, ¿dónde estás?’. Lo encontré, ahí estaba, sonriendo”, añadió, sobre las pesadillas recurrentes que tiene, en las que se ve caminando entre escombros, cuerpos y girasoles por el lugar donde cayeron los restos del avión. Los investigadores tardaron dos meses en localizar los restos de su progenitor: “Mi padre medía dos metros, solo me dieron un trozo de hueso de dos centímetros”, lamenta.
También habló Robbert van Heijningen, que perdió a su hermano, su cuñada y un primo, e hizo alusión a su “sentimiento de impotencia, injusticia y una profunda e intensa tristeza” por lo ocurrido, y reconoció que “las heridas apenas han cicatrizado y se vuelven a abrir con el proceso penal en marcha”.
Denunció la falta de cooperación de Rusia con la Justicia y resumió el golpe que supuso la muerte de sus allegados para toda la familia: él perdió su trabajo, y su hijo abandonó sus estudios de secundaria.
Los hermanos James y Vanessa Rizk conectaron con la Corte desde Australia para contar que sus padres estaban volviendo a casa de unas “merecidas vacaciones” en Europa.
“Mis padres, dos personas inocentes, fueron asesinados. Nos han robado tantas experiencias maravillosas con ellos (…) Todavía no puedo entender que mis padres hayan sido víctimas de un conflicto político en otro país. Nunca eligieron ser parte de eso”, subrayó Vanessa.
La catástrofe del avión, derribado el 17 de julio de 2014, se cobró la vida de 298 personas, en su mayoría neerlandesas, pero solo hablarán ante el tribunal 63 holandeses, 15 australianos, tres malasios, dos neozelandeses, dos indonesios, dos británicos, un canadiense, un estadounidense, un alemán y un sudafricano. EFE
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