Diplomacia
Macron aprovecha “la dejadez” de Sánchez en América Latina para situar a Francia como mediador en la Venezuela de Maduro
El líder chavista mantiene un breve encuentro con el mandatario francés, al que invita a adoptar “un papel positivo” en la región latinoamericana
Lejos quedan los tiempos en que Emmanuel Macron y otros líderes europeos recibían en sus despachos presidenciales a Juan Guaidócomo el presidente interino de Venezuela. El nuevo escenario en Latinoamérica, con la victoria de la izquierda en los gobiernos de los grandes países de la región, desde México a Colombia, ha sepultado un poco más la figura del líder antichavista y una muestra de ello ha sido la cumbre del Clima de Egipto. Allí, el presidente Nicolás Maduro ha encontrado una forma de recuperar posiciones en el escenario internacional tras un periodo de aislamiento diplomático por la deriva autoritaria de su gobierno y las acusaciones de fraude electoral para evitar la victoria de la oposición en 2018.
La ocasión se la ha brindado la Cumbre del Clima COP27 en Egipto, donde el mandatario venezolano mantuvo una breve conversación con el presidente francés que pone de relieve la decidida apuesta de Macron por ocupar un espacio en Latinoamérica aprovechando la creciente ausencia de España como interlocutor privilegiado en la región.
En un encuentro breve y distendido en los márgenes de la cumbre egipcia, los mandatarios de Francia y Venezuela se estrecharon la mano y conversaron sonrientes. Macron le expresó su deseo de “hablar un poco más y comenzar un trabajo bilateral que sea útil para el país y la región” y se refirió al avance de la izquierda en América Latina tras las victorias de Gustavo Petro en Colombia y Lula da Silva en Brasil. El continente “se está recomponiendo”, le dijo Macron a Maduro, quien respondió a su interlocutor afirmando que “Francia tiene que jugar un papel positivo”, en referencia al intento de retomar el paralizado proceso de diálogo en México entre oposición y gobierno chavista de cara a unas posibles elecciones presidenciales para 2024 con garantías democráticas.
Maduro le explicó a Macron que Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional venezolana y hombre de confianza, acudirá al Foro por la Paz de París este fin de semana organizado por la diplomacia francesa. “Puedes hablar con él, con confianza. Oíste, con confianza absoluta”, le dijo el dirigente venezolano.
Maduro se refirió posteriormente en Twitter al encuentro con estas palabras: “Excelente apretón de manos con el presidente de Francia Emmanuel Macron, en el marco de la COP27, que es sin duda un punto de encuentro entre los gobiernos y países del mundo. Las puertas de Venezuela están abiertas para el pueblo francés”.
En círculos diplomáticos, la aproximación de Macron a Venezuela en particular y a América Latina en general se ve con preocupación. España queda fuera de la ecuación formulada por el presidente venezolano para caminar hacia un proceso electoral en busca de una legitimidad perdida que llevó a 60 países a reconocer a Guaidó como el verdadero presidente de la República de Venezuela.
Con la conversación de este lunes en Egipto, Maduro parece más interesado en ganarse la confianza de Macron y situarle como referente europeo en la mediación en el conflicto político que vive el país caribeño desde hace años. Tampoco la oposición venezolana confía en el gobierno de Pedro Sánchez. De hecho, en el proceso negociador entre gobierno y oposición, el movimiento antichavista eligió a Países Bajos como país acompañante y no a España, una decisión considerada como una bofetada en toda regla al papel de liderazgo de la diplomacia española en Venezuela.
Fuentes diplomáticas hablan de una paulatina desconexión del gobierno de Sánchez con América Latina, “una dejadez” que ha recibido la puntilla con la conversación de Macron y Maduro, recogida por las televisiones y difundida en Caracas como una victoria diplomática de Maduro en un momento en que el gobierno chavista intenta recomponer su imagen internacional y acercarse a la administración de Joe Biden en Estados Unidos.
Macron, deseoso en su segundo mandato de mantener una política internacional más proactiva, intentó marcar el paso de la política europea hacia la Rusia de Putin antes y después del inicio de la invasión en Ucrania. Y ahora estaría poniendo en marcha un proceso de liderazgo francés en América Latina ocupando un papel que históricamente ha tenido España, donde la política iberoamericana ha sido siempre una cuestión de Estado consensuada entre los dos principales partidos políticos.
Durante la presidencia de Felipe González la voz española no sólo dictaba la posición europea en América Latina. El entonces presidente George H.W. Bush reconoció el papel de España como puente entre Europa y América Latina. Con José María Aznar el peso político de Madrid se reflejó en la firma de numerosos acuerdos de cooperación iberoamericanos. En medio de la crisis política venezolana, el Gobierno de Mariano Rajoy facilitó el primer intento de acercamiento entre el chavismo y la oposición dando manos libres a la labor del ex presidente Rodríguez Zapatero como figura mediadora.
¿Y ahora? “Pedro Sánchez no quiere saber nada de Maduro porque no quiere que le vean en España como un radical que está en manos de Podemos”, asegura una fuente diplomática.
España parece haber quedado fuera de juego en el escenario latinoamericano justo cuando la izquierda recupera el poder en los principales países de la región. De momento, Francia ha tomado la iniciativa y el próximo 11 de noviembre hay agendada una reunión privada de negociadores venezolanos dentro de la Conferencia por la Paz de París, en un nuevo intento por reactivar el diálogo organizado por México y facilitado por Noruega. “España no puede estar ausente en Latinoamérica”, aseguran las mismas fuentes.
En París, además, se verán las caras el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y los mandatarios de México, Andrés Manuel López Obrador; Chile, Gabriel Boric, y Argentina, Alberto Fernández bajo los auspicios de Macron.
París ha ido dando pasos en los últimos tiempos para ganar protagonismo en el continente americano. En enero de 2020 Macron hizo hueco en su apretada agenda para recibir a Guaidó en París mientras Pedro Sánchez se negó a hacer lo mismo en la Moncloa. Cuando el presidente encargado de Venezuela perdió peso dentro y fuera de su país, Francia apostó por el acercamiento con las autoridades chavistas constituyendo en julio pasado un Grupo de Amistad Parlamentaria entre ambos países.
Desde Caracas, el número dos del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, ha destacado que la participación de Maduro en la COP27 representa “un reconocimiento tácito” de que él es el único presidente del país sudamericano, según el diario ‘El Nacional’.
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