Sucesión de Truss
Boris Johnson despeja el camino a Rishi Sunak como primer ministro de Reino Unido
El ex premier británico ha anunciado que no será candidato al liderazgo del Partido Conservador tras la dimisión de Liz Truss la pasada semana
Boris Johnson renunció ayer a su gran sueño de volver al Número 10, emulando así a su gran héroe Winston Churchill, que fue primer ministro en dos ocasiones.
Pese a la gran expectación que se había generado en los últimos días sobre su vuelta, el excéntrico político -que nunca llegó a anunciar oficialmente su candidatura- decidió retirarse de la carrera para suceder a Liz Truss, quien anunció su dimisión el pasado jueves tras estar sólo 45 días en el cargo por el fracaso de su plan fiscal.
El excéntrico político –que era el gran favorito entre las bases- había conseguido 102 avales entre las filas, es decir, dos más de las necesarias para que su candidatura pasara a la siguiente fase. Pero era consciente de que se trata de una figura que genera tantas filias como fobias entre los diputados.
Por lo tanto, quizá por primera vez en su vida, quiso priorizar los intereses de la formación a los suyos propios.
“Hay muchas posibilidades de que tenga éxito de ser elegido por los afiliados y que pudiera estar de vuelta en Downing Street el viernes”, matizó en un comunicado.
“Pero en el transcurso de los últimos días, lamentablemente, he llegado a la conclusión de que esto simplemente no sería lo correcto. No se puede gobernar de manera efectiva a menos que tenga un partido unido en el Parlamento”, concluyó.
Por lo tanto, todo apunta a que Rishi Sunak se convertirá este lunes en el próximo líder tory y, por lo tanto, en el próximo inquilino del Número 10, el tercero en un plan de tan solo 3 meses. Será el primero en la historia de Reino Unido de origen indio.
El ex ministro del Tesoro, representante del ala moderada y favorito entre los diputados, presentó ayer oficialmente su candidatura. Al dar a conocer sus aspiraciones en su cuenta de Twitter, recalcó que Reino Unido afronta una “profunda crisis económica” y que su objetivo es superar esta situación y unir a su partido.
“La elección que haga ahora nuestro partido decidirá si la próxima generación de británicos tendrá más oportunidades que la última”, señaló en un breve mensaje donde se comprometió a ofrecer “integridad, profesionalismo y rendición de cuentas en cada nivel del Gobierno”.
A esta hora, Sunak había conseguido 153 avales. Por su parte, Penny Mordaunt, también aspirante al cargo, tan sólo tenía 28 avales públicos. Si para este lunes a las 14:00 hora local, Sunak se consolida como único candidato de consenso, se convertirá automáticamente en primer ministro, sin necesidad de tener que preguntar a los aproximadamente 160.000 afiliados.
Muchos analistas habían advertido un “cónclave papal” era lo único que podía garantizar el futuro del Partido Conservador y el del propio Reino Unido, cuya reputación a nivel internacional está más que cuestionada por la bochornosa actuación de una formación que, tras doce años en el poder, muestra claros signos de agotamiento.
Sin candidato de consenso entre los diputados, los finalistas se habrían presentado a las bases -que mantienen una postura más radical-. Y de ser así, se habrían replicado exactamente los mismos problemas.
Con la idea de transmitir el mensaje de descentralización, en 1998 se cambiaron las reglas para dar más peso a los afiliados. Pero hecha la ley, hecha la trampa. Porque precisamente este proceso era el que se estaba cargando ahora al partido.
El liderazgo de Liz Truss estaba muerto desde su inicio. Nunca fue la favorita de las filas. Todo lo contrario. Se coló tan sólo en el último momento en las primarias del verano pasado gracias al apoyo del ala dura. Y luego las bases –en su mayoría hombres blancos, euroescépticos, mayores de 50 años y con altos ingresos- le dieron las llaves del Número 10 con su promesa de bajar los impuestos a los ricos.
Pero si tiene el respaldo de los afiliados y no el de los diputados -que son al fin y al cabo los que votan en la Cámara de los Comunes- vienen luego las rebeliones y mociones de no confianza que fuerzan otras primarias. En definitiva, la rueda del hámster que sólo produce un resultado: el profundo caos.
Las últimas horas habían superado el mejor guion de Juego de Tronos. Pesos pesados de la formación, e incluso varios donantes de alto nivel que anteriormente respaldaron a Johnson, le pidieron que se retirara y apoyara a Sunak por el bien del partido.
Miembros del núcleo duro de la derecha mostraron ayer su apoyo al ex Chancellor, entre ellos, Suella Braverman (ex ministra Interior), Grant Shapps (actual titular Interior) o David Frost (ex ministro del Brexit).
✕
Accede a tu cuenta para comentar