Elecciones
El partido de la oposición no acepta los resultados de las elecciones en Angola y el ganador brinda con champán
Lourenço ha prometido a los angoleños unos cambios que permitan que “Angola sea una gran economía, una gran democracia y una sociedad inclusiva”
Hace una semana que concluyeron las elecciones generales de Angola. El ganador fue el mismo que en los últimos 47 años: el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA). El perdedor fue el mismo que en los últimos 47 años: la Unión Nacional para la Independencia de Angola (UNITA). Un poderoso déjà vu se extiende por una de las potencias más poderosas del continente africano, donde ambos partidos se enfrentaron durante 27 años en una cruenta guerra civil que no concluyó hasta 2002 con la victoria, otra vez, del MPLA, un partido nacido como marxista-leninista y remodelado en los últimos años para abordar una ideología socialista. Pero la novedad de estas últimas elecciones radica en sus resultados. Donde el MPLA triunfó en 2012 con un 71% de los votos, frente al 18% obtenido por la UNITA, la reciente victoria del partido socialista ha arrancado apenas un 51% del apoyo de los votantes, mientras la UNITA ha salido catapultada al borde del estrellato, con un 44% de los votos emitidos a su favor.
“Un presidente para todos los angoleños”
Un 54% de la población ni se molestó en acudir a las urnas. Angola está cambiando. Hacia dónde irá, esto es pronto para saberlo, y quizás haga falta esperar a las próximas elecciones de 2027 para sacar conclusiones definitivas. Algunos partidos del país, como el Partido Humanista de Angola (PHA), aceptaron sin reparos la victoria del MPLA, que fue ratificada este lunes de manera definitiva por la Comisión Electoral. El PHA llegó incluso a emitir un comunicado donde felicitó al presidente electo, João Lourenço, y afirmó su orgullo por haber “introducido en boca de los angoleños la palabra humanista, humanismo, humanizar, lo que en sí mismo es una gran victoria que consideramos el lanzamiento de la primera piedra”.
João Lourenço ha conseguido así su segundo mandato presidencial, pese a las recientes críticas de sus seguidores y el declive económico que lleva arrastrando a Angola desde que sustituyó en el poder a José Eduardo Dos Santos (que gobernó el país durante 22 años y falleció en el mes de julio en Barcelona, que fue enterrado este domingo en Luanda y cuya hija se enfrenta a graves acusaciones por corrupción, hasta el punto de que tiene denegada la entrada en Estados Unidos). En su discurso tras conocerse la victoria, Lourenço ha prometido a los angoleños unos cambios que permitan que “Angola sea una gran economía, una gran democracia y una sociedad inclusiva, donde todos tengan las mismas oportunidades de desarrollar sus talentos y habilidades para prosperar”.
Su política se centrará en “la innovación y el desarrollo” de Angola, pero también ha captado el descontento de los jóvenes, que cada año se alejan más del MPLA para aproximarse a la UNITA. Ha prometido “abrir puertas de oportunidad para nuestros jóvenes, restaurar la prosperidad y promover la paz”, para así convertirse en “un presidente para todos los angoleños”.
Resistirse a la derrota
Pero la UNITA, que ve tan próxima la dulce victoria por la que sangró y luchó durante 22 años, no parece dispuesta a esperar hasta 2027 para volver a probar suerte en la ruleta de la democracia. Este lunes anunció que no acepta los resultados emitidos por las vías oficiales. Mientras el vencedor brindaba su victoria con una copa de champán (literalmente, bebiendo un sorbito recatado frente a decenas de flashes y seguidores y cámaras de televisión, haciendo uso de unos ademanes tan orgullosos como comedidos), la UNITA presentó una demanda legal contra la decisión de la Comisión Electoral. En una declaración separada, publicada este martes, el partido conservador de Angola anunció en una carta abierta que presentaría una segunda denuncia con la intención de suspender la declaración de los resultados. “UNITA reitera que no reconocerá los resultados anunciados por la Comisión Nacional Electoral hasta que se resuelvan las denuncias que ya se han puesto en su poder”, reza el comunicado del martes. De esta manera critican que no se les otorgó el derecho de registrar su queja sobre los resultados electorales en la hoja de resultados.
El líder de la UNITA, Adalberto Costa Junior, ha reiterado en numerosas ocasiones que no reconoce los resultados electorales y que ha organizado un sistema de conteo paralelo al oficial, aunque todavía no ha hecho públicos los resultados desarrollados por su método de recuento de votos. Sabe que no lo tiene fácil. Pero insiste en luchar. Es un gesto esperanzador para sus seguidores. Solo en el caso de que la Comisión Electoral desestime su demanda, podrá entonces acudir a la Corte Suprema de Angola, que está liderada por Laurinda Cardoso, ex miembro del MPLA y nombrada en el cargo por el mismo João Lourenço en agosto de 2021.
No lo tiene fácil, aunque los analistas políticos coinciden en que Adalberto Costa Junior está siendo coherente con las exigencias de sus votantes, al luchar hasta el final la posibilidad de una victoria. Aunque finalmente tenga que aceptar su derrota y esperarse cinco años más para ser él quien bebe del champán. Dentro de cinco años harán veinticinco desde que el líder de la UNITA, Jonas Savimbi, fue asesinado por fuerzas del MPLA, concluyendo así la guerra civil de Angola. Dentro de cinco años harán 52 desde que la UNITA sueña con cruzar las puertas del Palacio Presidencial en Luanda.
¿Injerencia portuguesa?
Las reacciones y los murmullos relacionados con las elecciones angoleñas cruzan desiertos, selvas y mares, suben y bajan sistemas montañosos hasta aterrizar en la capital de la vieja potencia colonial. El Partido Comunista Portugués ha felicitado este martes a João Lourenço por su victoria, a la que ha denunciado “las operaciones de injerencia que, desde Portugal, buscan, una vez más, promover la desestabilización de Angola”. Ha alertado sobre el intento de “poner en peligro el proceso electoral” por parte de UNITA y otras fuerzas políticas “ante su derrota, como ha sucedido en situaciones anteriores”. Cerca de 130.000 portugueses residen actualmente en Angola, frente a los 600.000 que residían en el país hasta su independencia en 1975.
El Presidente electo confirmó en su último discurso que esta ha sido “una victoria para los angoleños”. Con poco más de 3,2 millones de votos emitidos a su favor, en un país de 32 millones de personas, más bien podría decirse que el MPLA ha obtenido “una victoria para el 10% de los angoleños”. Como siempre, será el tiempo quien se encargue de aclarar las dudas.
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