Escalada de tensión
Taiwán se prepara para la guerra (que quiere evitar)
Castigo histórico a Taipéi: El Ejército de China lanza once misiles balísticos para bloquear la isla. Son unos ejercicios navales y aéreos con fuego real a una escala sin precedentes
El Ejército taiwanés vigilaba ayer de cerca el Estrecho de Taiwán y sus islas periféricas, ante la feroz presencia del Ejército Popular de Liberación (EPL), que comenzaba ejercicios militares sin precedentes en la zona que se prolongaran hasta el domingo. El ministerio de Defensa de Taiwán aseguró en un comunicado que «mantendrá el principio de prepararse para la guerra en lugar de buscarla», y que el Ejército trabajará para «salvaguardar la seguridad nacional y la integridad territorial de la soberanía del país».
En respuesta a la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE UU, Nancy Pelosi, Pekín inició maniobras militares en las inmediaciones de Taiwán sobre las 12:00 del mediodía hora local. Los ejercicios incluyen simulacros con fuego real alrededor de la isla, a tan solo 20 kilómetros de algunos puntos de la costa taiwanesa. China anunció también que realizaría pruebas de disparos de largo alcance en el Estrecho y de lanzamiento de misiles en las aguas al este de la isla. Y así fue. Ayer, entre las 14:00 y las 16:00 hora local, China disparó hasta once misiles, algunos balísticos, que alcanzaron aguas cercanas a las islas taiwanesas Matsu.
El ministerio de Defensa taiwanés indicó que era la primera vez desde 1996 que China lanzaba misiles balísticos Dongfeng y que, aunque Taiwán «no busca una escalada del conflicto», «no se quedarían parados cuando se trata de defender su seguridad y soberanía». En la misma línea, la presidenta Tsai Ing-wen se dirigió al pueblo taiwanés. «Taiwán nunca se dejará derribar por los desafíos», dijo Tsai en un mensaje de vídeo. «Estamos tranquilos y no somos impetuosos, somos racionales y no provocamos, pero también seremos firmes y no nos acobardaremos». La presidenta también hizo un «llamamiento a toda la comunidad internacional para que apoye al Taiwán democrático y ponga fin a estas acciones militares unilaterales e irracionales».
Los ejercicios militares del EPL incluyen el cierre del espacio aéreo y marítimo de siete zonas que bordean de Taiwán, lo que equivale a un bloqueo como el que podría haber en caso de una invasión de la isla. Taipéi ha condenado las maniobras chinas, alegando que algunas ocurren en espacios solapados con los espacios marítimos y aéreos de Taiwán y que suponen una violación de leyes del derecho internacional.
El diario chino «Global Times», propiedad del Partido Comunista, citando a analistas militares, aseguró que eran unos ejercicios sin precedentes y que, por primera vez, algunos misiles podrían dispararse sobre la isla. Pekín defiende que sus ejercicios y maniobras alrededor de Taiwán son «justos y necesarios», y culpa a Estados Unidos del incremento de las tensiones.
Antes de que Pelosi pusiera un pie en la isla, China había advertido que Taiwán pagaría por los errores de EE UU, haciendo referencia al potencial acercamiento diplomático de Washington y Taipéi. Taiwán se considera un Estado autónomo, donde sus ciudadanos eligen democráticamente al Gobierno, y posee una Constitución propia y un Ejército sólido constituido por unos 300.000 activos. Sin embargo, para Pekín la isla es una provincia rebelde destinada a la reunificación. Bajo el principio de «una sola China», el gigante asiático determina que solo es legítimo el Gobierno de Pekín y que, por tanto, la comunidad internacional no puede reconocer Taiwán como autónomo.
Por ello, las muestras de apoyo de EE UU a la isla, como la venta de armas o las visitas de altos cargos, son vistas por Pekín como una provocación que desafía sus principios de territorio y soberanía.
A las pocas horas de que Pelosi abandonase Taiwán para continuar con su gira por Asia, Pekín comenzó sus ejercicios de bloqueo a la isla. El ministerio de Defensa taiwanés informó de que al menos 27 aviones de combate entraron en su Zona de Identificación de Defensa Aérea. El Ejército desplegó sus sistemas de defensa de inmediato. Además, las autoridades taiwanesas afirman que tuvieron que disparar bengalas para ahuyentar un dron chino que sobrevolaba cerca de las islas Kinmen.
Bloqueo
La obstrucción del espacio aéreo y marítimo de Taiwán ha causado interrupciones en los vuelos y barcos, aunque la isla está tratando de disminuir su impacto. El Gobierno ha llegado a acuerdos con Japón y Filipinas para desviar 18 rutas de vuelos internacionales que salen de la isla. La Oficina Marítima y Portuaria de Taiwán solicitó que los barcos eviten las zonas en las que China realizará los simulacros y usen rutas alternativas.
A esto se suman las represalias económicas que ya ha empezado a implementar China. Desde el miércoles, se ha prohibido las importaciones de frutas y dos tipos de pescado, y ha suspendido la exportación de arena natural a la isla.
El Gobierno de Taiwán anticipa una fuerte campaña de desinformación y ataques cibernéticos por parte de China, además de los movimientos militares alrededor de la isla. El objetivo de Pekín es interrumpir la normalidad y generar incomodidad y temor ante la idea de que lo peor esté por venir.