Manifestaciones violentas
Preocupación mundial ante el envío de tropas rusas a Kazajistán para reprimir las protestas
Cuando los muertos se cuentan ya por «decenas», el presidente kazajo busca el apoyo de sus aliados regionales
Las revueltas en Kazajistán siguen expandiéndose por todo el país y, lejos de aplacarse, se intensifican a cada hora con un futuro difícil de pronosticar. En el recuerdo cercano siguen resonando los ecos de revoluciones como las de Ucrania,Georgia, la vecina Kirguistán o la más reciente de todas, ocurrida en Bielorrusia, que ha disparado los resortes de poder en esa ex república soviética. Todos ellos países ahora independientes surgidos tras la caída de la URSS, que con más o menos fortuna llevan 30 años de soberanía en democracias que a veces penden de un hilo. Detrás, mirando siempre de reojo, Rusia atenta a cualquier movimiento, sabedora de que la onda expansiva podría llegar hasta Moscú, ya que comparte con sus vecinos asiáticos miles de kilómetros de frontera.
Consciente de que dicha amenaza puede ser clave para que Rusia se implique en frenar las revueltas, el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokayev, solicitó ayuda urgente el miércoles por la noche a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza militar surgida de las cenizas de la Unión Soviética y que engloba a las Fuerzas Armadas de Armenia, Bielorrusia, Kirguistán, Tayikistán y la Federación de Rusia, además de Kazajistán.
La respuesta ha sido inmediata y ayer mismo se inició despliegue de sus tropas en Kazajistán para sofocar los disturbios que han puesto en jaque a su Gobierno desde que se iniciaron el pasado domingo, contando ya con cientos de heridos y decenas de muertos. La misión enviada por la OTSC tiene como principal objetivo «la protección de importantes objetivos estatales y militares, apoyo a los agentes del orden de Kazajistán para estabilizar la situación y propiciar su retorno al marco de la legalidad», según fuentes oficiales de la propia organización citadas por la agencia Interfax. Según esas mismas fuentes, el primer contingente de paz llegado a Kazajistán ha sido el enviado por Rusia y que se está formado por unidades de Tropas Aerotransportadas, que según la OTSC, «ya cumplen las misiones designadas» en la zona.
El presidente Tokayev aseguró que entre los manifestantes se habían infiltrado grupos terroristas armados. El canal estatal Jabar 24 afirmó, citando a fuentes del Ministerio del Interior, que se trata de una «operación antiterrorista» difícil de ejecutar puesto que los atacantes «utilizan a civiles, incluyendo mujeres, para cubrirse». Además, el canal aseguró que los manifestantes armados rodearon dos hospitales en Almaty impidiendo el paso de ambulancias con pacientes que requerían de tratamiento y personal médico. Los enfrentamientos en la segunda capital del país, Almaty, se mantuvieron a lo largo de toda la noche, con «decenas» de manifestantes muertos, según portavoces de la Policía local.
«Decenas de atacantes fueron liquidados. Establecemos sus identidades», apostillaron fuentes policiales. Esos mismos representantes afirmaron que grupos de manifestantes armados intentaron tomar durante la noche tres edificios administrativos, el departamento de la Policía de Almaty y varias unidades regionales de la Policía, algo que las Fuerzas de Seguridad impidieron.
El domingo comenzaron en el país unas manifestaciones generalizadas en las principales ciudades por el brusco incremento del precio del gas licuado, utilizado por muchos kazajos como combustible para sus vehículos. Como medida de urgencia para frenar el descontento popular, el presidente Tokayev, que ya a destituido al Ejecutivo en pleno, ha ordenado de inmediato implementar medidas para la regulación estatal de precios de los productos de primera necesidad, incluyendo el gas licuado, la gasolina y el diesel.
El balance provisional de las protestas se saldaba ayer con más de 2.298 detenidos y «decenas de alborotadores muertos», según fuentes del Gobierno, que han informado a su vez de los 18 víctimas mortales entre miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Dos de los fallecidos fueron hallados decapitados, un indicio que ha llevado a varios politólogos a suponer la participación de islamistas radicales en estos disturbios.
Las dos principales aerolíneas rusas, Aeroflot y S7, anunciaron ayer el cese de la venta de pasajes a Kazajistán debido a la crisis política que atraviesa la nación centroasiática. Otras compañías aéreas como Air Arabia y Qatar Airways anunciaron decisiones similares ayer, debido a la volatilidad de la situación. La alemana Lufthansa canceló «hasta nuevo aviso» los vuelos que conectan Alemania con Kazajistán.
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