Cruzada
Los talibanes vierten 3.000 litros de alcohol por un canal en Kabul
Las autoridades del Emirato Islámico afgano han emprendido una implacable cruzada contra el consumo y venta de alcohol y drogas
Si hay dos cosas en que los talibanes no han cambiado un ápice en esta segunda experiencia en el poder 20 años después de ser derrocados por las fuerzas de la OTAN son su ideología reaccionaria y el gusto por los golpes de efecto de imagen, que desde luego han sofisticado en la era de las redes sociales. Ambas realidades pueden apreciarse en la aparentemente reciente performance de un grupo de agentes de la Inteligencia afgana que vertió nada menos que 3.000 litros de licor en un canal en Kabul, la capital de Afganistán. Por si quedaba alguna duda sobre la tolerancia de las autoridades del Emirato Islámico afgano con las bebidas alcohólicas.
Los talibanes, que habían incautado el licor en una reciente operación llevada a cabo en la capital afgana –en la que fueron detenidas tres personas-, transportaron la mezcla de bebidas en grandes barriles de plástico como si de algún combustible se tratara, según imágenes difundidas por el Directorio General de la Inteligencia del régimen islamista. Algunos observadores, no obstante, creen que puede tratarse de un montaje cuyo único objetivo es el aleccionador.
“Dios considera feo al alcohol, una abominación. Los musulmanes tienen que abstenerse seriamente y el profeta de islam ha enviado una maldición sobre quienes se implican en su producción y distribución, así que todos los musulmanes tienen seriamente que apartarse de ello. Beberlo es aún peor, todos los males del país están causados por el alcohol”, asegura Sheikh Zahorullah, un líder religioso, en la grabación difundida. Con todo, la cruzada contra el alcohol no es nueva: la venta y el consumo de esta sustancia estaban prohibidos bajo la extinta República afgana.
Operaciones como la difundida en vídeo por los talibanes este domingo son frecuentes desde que los talibanes recuperaron el pasado 15 de agosto el poder. La persecución contra el consumo y la venta de alcohol, además de otras sustancias estupefacientes, no es la única que llevan a cabo los talibanes en los últimos meses. Recientemente trascendía que el Ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, especialmente implacable contra la mitad femenina de la población, prohíbe a las mujeres viajar solas en desplazamientos de más de 70 kilómetros y obliga a los propietarios a subir a sus vehículos solo a mujeres que porten el velo.
Antes, las autoridades talibanes instaron a los canales de televisión a dejar de emitir series en cuyo reparto hubiera actrices. Igualmente, el citado Ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio del Gobierno talibán exigía a las periodistas, una de las pocas profesiones en que las mujeres pueden aún desempeñarse –la otra son las sanitarias-, que porten el hiyab si van a ponerse delante de las cámaras. No pueden tampoco las mujeres escuchar música en los coches, otra actividad considerada como pecaminosa para los islamistas radicales.
En las últimas horas se conocía que el activo Ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio ha ordenado, en una decisión conjuntamente adoptada con clérigos musulmanes, el cierre de todos los baños públicos para mujeres en al menos una de las provincias del norte de Afganistán.