Acuerdos de Abraham
Marruecos y Bahréin participan en el certamen de Miss Universo que se celebra en Israel
Las participantes del certamen pasaron las jornadas previas a la gala disfrutando de lujosos hoteles y clubes a orillas del Mar Rojo
Las participantes del certamen “Miss Universo” celebrado en la madrugada del lunes en Eilat –al sur de Israel-, pasaron las jornadas previas a la gala disfrutando de lujosos hoteles y clubes a orillas del Mar Rojo, o dando paseos en jeep entre los valles y colinas del desierto del Negev.
Entre las casi 80 mujeres aspirantes al galardón, había representantes de países que históricamente no hubieran participado en competiciones organizadas en el estado judío. Pero el nuevo Oriente Medio surgido tras los “Acuerdos de Abraham” –normalización de relaciones entre Israel y estados árabes- también ha dejado huella en el mundo de la belleza.
Por primera vez en la historia, Bahréin envió a una representante a la competición internacional, que celebró su edición número 70. Marruecos, que este fin de semana conmemoró el primer aniversario del restablecimiento de relaciones con Israel, regresó a la competición tras su última participación en 1978.
Desde un primer momento, la joven marroquí Kawtar Benhalima (22) se mostró tremendamente sorprendida por la cantidad de israelíes que le contaron que sus padres o abuelos inmigraron desde el país norafricano. Se estima que en Israel hay cerca de medio millón de judíos con raíces marroquíes, la mayor comunidad de expatriados en el mundo. “Es precioso, realmente se siente esa conexión”, explicó al Times of Israel.
Benhalima, de pelo corto y mirada intensa, reconoció que su estadía fue “una experiencia increíble. Por el lado histórico, por vivir Miss Universo, y porque estoy aprendiendo a diario”.
Manar Nadeem Deyani (25) estaba tan nerviosa por su viaje que apenas durmió la noche anterior. Para la Miss Bahréin, que estudia moda en Dubai, su aterrizaje en Israel supuso “una experiencia única en la vida”. Con un look atrevido, la joven reconoció que “soy muy particular en cómo me presento a mí misma. Planeamos mi día a día, desde el aterrizaje en Israel hasta mi salida, que ojalá sea con una corona sobre mi preciosa cabellera”.
Durante las 72 horas de cuarentena obligatoria al aterrizar en Tel Aviv, Deyani aprovechó para ejercitarse en la habitación y prepararse mentalmente para la gala. “Soy la primera miss que representa a mi país o a un estado del golfo pérsico, así que la responsabilidad es enorme”, reconoció.
Turquía, cuyas relaciones con Israel son un constante altibajo, también tuvo representación en Eilat. La risueña estudiante Cemrenaz Turhan (22) afirmó desde su hotel que “realmente amo este lugar, lo siento como casa. Nuestras culturas tienen mucho en común”.
Otros países, como Malasia o Indonesia, rehusaron participar en el certamen porque no reconocen al estado anfitrión. La participante surafricana, Lalela Mswane, rechazó las presiones para retirar su candidatura impulsadas por el movimiento propalestino BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), y colmó sus perfiles en redes con imágenes de su estadía en Israel.
Ante los llamados a no participar por parte de algunos conciudadanos, la turca Turhan alegó que “no soy una política, y vine aquí para competir. Amo a todos los países, y no pensé ni un segundo en boicotear a Israel”. Y culminó: “los israelíes son amables e increíbles. Miss Universo es el lugar idóneo para mostrar al mundo que somos todos hermanas y hermanos”.
Sobre la controversia, la marroquí Benhalima culminó: “nada es blanco o negro, ni es tan simple como parece. Hay que separar a la política de la gente”. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que también tenían previsto su debut en el concurso, finalmente no enviaron a su Miss por las restricciones impuestas por la nueva variante del coronavirus.
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