Tensión
China da “caza” a los taiwaneses mediante deportaciones forzosas
El grupo de derechos humanos Safeguard Defenders denuncia que Pekín ha presionado a los gobiernos internacionales para que deporten a más de 600 ciudadanos de Taiwán al continente. España encabeza la lista con unos 300
Pekín ha estado presionando a gobiernos extranjeros para que extraditen a nacionales de Taiwán a China como parte de un esfuerzo para socavar la isla autogobernada, según asegura el grupo de derechos humanos Safeguard Defenders, y la presión ha aumentado desde que Tsai Ing Wen fue elegida presidenta hace cinco años.
La investigación titulada “La caza de taiwaneses en el extranjero por parte de China”, muestra que al menos 610 fueron extraditados o deportados entre 2016 y 2019 por gobiernos de otros países a China, en lugar de a Taiwán. Sobre todo de países de Asia, pero también de España, Armenia y Kenia. La mayoría de ellos ha sido acusada de fraude en las telecomunicaciones.
Según el informe de ocho páginas, España es el país con el mayor número de casos conocidos de traslados forzosos, alrededor de 300, a pesar de estar obligada por el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Según el derecho internacional, ningún país debe enviar a nadie a otro país donde corra el riesgo de ser perseguido o de sufrir graves abusos contra los derechos humanos.
El documento señala que un tribunal español dictaminó en 2017 que un grupo de 121 chinos y taiwaneses sospechosos de fraude podían ser extraditados a China, apuntando a la “política de una sola China”.
“Esta persecución internacional de ciudadanos taiwaneses equivale a un asalto a la soberanía de la isla, y forma parte de una campaña global más amplia bajo el mandato de Xi Jinping para explotar los tratados de extradición, los acuerdos de aplicación mutua de la ley y otras instituciones multilaterales para los objetivos políticos del Partido Comunista Chino”, aseveró Safeguard Defenders en el informe publicado el miércoles.
El informe asegura además que los traslados se produjeron a menudo después de que a los taiwaneses se les negara el acceso al apoyo consular o a la comunicación desde Taipéi, y a veces iban acompañados de la denegación de contacto con funcionarios o familiares cuando la persona llega a China.
China reivindica el autogobierno de Taiwán como parte de su territorio, pero ambos acordaron hace más de una década que la Policía de ambas naciones trabajaría conjuntamente en terceros países para devolver a los sospechosos en el extranjero a sus respectivos territorios.
Safeguard Defenders aseguró que Pekín ha ido ignorando cada vez más ese acuerdo, especialmente desde la elección de Tsai, que el grupo asegura que quiere la independencia de la isla autogobernada.
Taiwán expide pasaportes de la República de China a sus 23 millones de ciudadanos, que nunca han sido gobernados por el PCC, y que no desean renunciar a su modo de vida democrático para la “unificación” según el plan de Pekín, según los sondeos de opinión de los últimos años.
China, por su parte, insiste en que sus socios diplomáticos rompan los lazos con Taipéi, y ha bloqueado el ingreso del país en organizaciones internacionales como las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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