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Independentismo

Sturgeon y Los Verdes forman Gobierno con un segundo referéndum como meta

Los ecologistas se estrenarán en un Ejecutivo de Reino Unido con dos ministros autonómicos

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, presenta su acuerdo de Gobierno con el Partido Verde DPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

El Partido Nacional Escocés (SNP) y el Partido Verde anunciaron este viernes un acuerdo de poder compartido en Escocia centrado en la convocatoria de un nuevo referéndum de independencia durante los próximos cinco años y medidas para abordar la emergencia climática.

La ministra principal escocesa, la líder del SNP Nicola Sturgeon, se quedó en las elecciones de mayo a un escaño de la mayoría absoluta -logró 64 asientos en Holyrood (Parlamento escocés)- y ha negociado desde entonces el respaldo de los ecologistas, que cuentan con 8 diputados.

A cambio de ese apoyo, Sturgeon cederá dos puestos ministeriales en su Ejecutivo autónomo a los verdes, que entrarán por vez primera en un Gobierno en el Reino Unido si sus bases respaldan el trato el próximo día 28.

El borrador del programa político conjunto que se publicó hoy mantiene la promesa principal con la que la líder independentista ganó los comicios: convocar un nuevo referéndum de independencia una vez se haya superado la pandemia, pero dentro de esta legislatura, que termina en 2026.

El mayor escollo que le espera en ese camino es la oposición explícita del primer ministro británico, Boris Johnson, que considera que el referéndum de 2014, en el que el 55,3% de los votantes escoceses se opusieron a la independencia, ha dejado cerrado la cuestión para toda una “generación”.

Sturgeon argumenta, en cambio, que el Brexit ha modificado el escenario, dado que Escocia se vio obligada a abandonar la Unión Europea en contra de su voluntad -el 62% de los votantes en Escocia se opusieron a la ruptura con la UE en 2016, frente al 38%, mientras que en Inglaterra el 53,4% optó por la salida-.

Nacionalistas y verdes han dejado negro sobre blanco que entre sus objetivos de esta legislatura figura “fortalecer las relaciones internacionales de Escocia”, su “presencia” y su “voz” en la escena internacional.

Con esa meta, establecerán oficinas representativas del Gobierno autónomo escocés en Copenhague y Varsovia que “promoverán los intereses y la reputación de Escocia en las regiones del norte y el centro de Europa”.

También aspiran a rediseñar sus políticas económicas para ampliar el “alcance global” de Escocia e incrementar su influencia en África, Asia y Suramérica.

“Escocia tiene un rol significativo que jugar en la comunidad global para promover soluciones sostenibles, los derechos humanos y la paz”, indica el borrador de 51 páginas acordado por el SNP y el Partido Verde.

Las dos formaciones ven a Escocia como “una nación independiente por derecho propio, que contribuye en la escena internacional como un socio respetado y de confianza”, aunque admiten que sus ideas respecto al papel que jugaría Edimburgo “no están alineadas” en todos los aspectos, en particular sobre su participación en la OTAN.

A cerca de dos meses para que Glasgow acoja la crucial cumbre COP26, los verdes esperan que su llegada al poder sirva para que Escocia demuestre un “liderazgo real en cuanto al clima”.

El acuerdo de Gobierno con el SNP incluye incrementar la inversión en transporte público y hacerlo más económico para los usuarios, avanzar una regulación que favorezca la energía eólica “offshore” y crear al menos un nuevo parque nacional en Escocia.

También se ha acordado dedicar al menos 1.800 millones de libras (2.100 millones de euros) durante esta legislatura a mejorar la eficiencia energética y el uso de producción de calor sostenible en viviendas y edificios.

Críticas de la oposición

El Partido Laborista Escocés criticó el acuerdo: “Esta coalición no es una sorpresa, solo formaliza lo que ya hemos visto a lo largo de estos últimos años”, declaró su líder, Anas Sarwar.

La formación de Sturgeon “prometió centrarse en la recuperación” de la pandemia tras las elecciones, pero “en realidad han estado centrados en su usual juego político”, argumentó el laborista.

El Partido Conservador de Escocia tildó por su parte la unión entre los nacionalistas y los “extremistas” verdes como una “amenaza para la recuperación de la pandemia”.

“Escocia sufrirá con esta coalición nacionalista del caos. El Gobierno del SNP y los verdes irá en contra del empleo, en contra de las empresas, en contra de las familias, en contra de los conductores, el petróleo y el gas”, alertó líder conservador escocés, Douglas Ross.