Oriente Medio
El Gobierno israelí acepta un alto el fuego con Hamas en Gaza
La tregua pondrá fin a 11 días de escalada bélica entre el Ejército israelí y las milicias palestinas, que se ha saldado con 232 muertos en la franja y 12 en Israel
La tregua entre Israel y el movimiento islamista Hamas entró en vigor este viernes a las dos de la mañana, cuando paró la escalada bélica de once días, pese a que se mantuvo el intercambio de fuego en los minutos previos. La tregua pone fin a once días de escalada bélica que han dejado 232 palestinos muertos en Gaza y otras 12 personas en Israel.
El Ejército israelí no informó de nuevas alarmas antiaéreas en las comunidades israelíes colindantes a la franja, siendo la última notificada a la 01:51 hora local, ni hubo bombardeos israelíes en Gaza.
Palestinos de la Franja, Cisjordania y Jerusalén Este ocupados celebraron en las calles el alto el fuego que valoraron como una victoria contra Israel.
Israel también ha proclamado el éxito al considerar que la campaña militar, “Guardián de los Muros”, ha alcanzado “grandes logros” sin precedentes contra objetivos de las milicias Gaza.
La propuesta de tregua, negociada por Egipto, fue aceptada este jueves por las dos partes como un acuerdo “mutuo y simultáneo”, aunque todavía no se conocen los términos del acuerdo.
El Gabinete de Seguridad israelí aprobó aceptar el cese de hostilidad “bilateral y sin condiciones” y Hamas anunció poco después que “tenía garantías para llevarlo a cabo”.
Un portavoz de las Brigadas al Kasam, el brazo armado de Hamas confirmó en un breve discurso retransmitido por la televisión al Aqsa que Hamas detuvo el lanzamiento de cohetes hacia Israel.
Abu Obeida, portavoz del movimiento islamista, también dijo que “los líderes de la ocupación (Israel) están bajo una prueba real y la decisión de reanudar los ataques con cohetes contra todo Israel está sobre la mesa”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dio la bienvenida al alto el fuego declarado entre Israel y Gaza, pero a la vez pidió a los líderes de las partes enfrentadas que comiencen un “serio diálogo” sobre la raíz del conflicto.
Sobre el terreno, en la noche de ayer se mantuvo la alerta máxima. El Ejército israelí exigió a los residentes del sur permanecer en los refugios. En Tel Aviv y en el centro del país, el sistema educativo siguió clausurado. El ministro de Defensa hebreo, Benny Gantz avisó: “Israel está preparado para expandir la operación si es necesario”.
Según revelaron medios libaneses, Hamas habría aceptado frenar la escalada violenta. Por su parte, Israel aseguró a los mediadores egipcios la misma predisposición. A última hora de la tarde, el gabinete de seguridad israelí encabezado por Benjamin Netanyahu se reunió para aprobar un alto el fuego unilateral. El presidente norteamericano Joe Biden habló por teléfono con su homólogo egipcio Abdel Fattah al-Sisi para discutir los detalles del acuerdo.
¿Últimos ataques?
Mientras, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) apuraban el tiempo para destruir lanzaderas de cohetes en la franja. En las últimas 24 horas, lograron neutralizar 30. En las comunidades fronterizas, el temor es que se repitiera el patrón de 2014: lluvia final de cohetes y morteros para que Hamás pueda clamar “victoria”.
Según los datos ofrecidos por el ministerio de Salud palestino, ayer se contaron 232 víctimas - 65 niños-, así como más de 1.900 heridos. En Israel, 12 víctimas mortales –dos niños- y más de 500 heridos. Las FDI alegan que unos 120 integrantes de Hamás y otros 25 de la Yihad Islámica fueron aniquilados.
Presión internacional
Mientras ambos bandos sentían el peso de la presión internacional, continuó el fuego cruzado. “Hace escasos momentos, cazas de las FDI golpearon un túnel terrorista en Beit Hanoun, así como dos lanzaderas de misiles subterráneas en Jabalia, desde donde se dispararon cohetes hacia Tel Aviv. Adicionalmente, se bombardeó una sala de operaciones militares utilizada por la organización terrorista Hamás para coordinar los combates”, informó el portavoz militar hebreo en la mañana de ayer.
La madrugada del jueves fue la más “tranquila” desde el inicio de la operación “Guardián de los Muros”. Pero tras un inédito compás de unas ocho horas sin lanzamientos de proyectiles desde Gaza hacia Israel, en la mañana de ayer volvieron a sonar las alarmas “código rojo” en las comunidades israelíes fronterizas.
Además de una tanda de 70 cohetes –al final del día fueron unos 300-, Hamás disparó un misil anti-tanque hacia un bus de transporte de soldados israelíes. En el instante del impacto, el vehículo estaba vacío, y solo causó daños leves a un recluta. Desde el inicio de la escalada, fueron lanzados unos 4.340 misiles por parte de las facciones armadas palestinas, de los cuales 640 impactaron dentro de la propia Gaza.
Drama humano
En la franja, los bombardeos israelíes siguieron causando estragos entre los civiles. Al amanecer, un misil mató a un hombre discapacitado, a su mujer embarazada y a su hija de tres años en Deir el-Balah, en el centro del enclave costero. En una serie de 30 ataques aéreos simultáneos, otra mujer murió en Khan Younis, y 13 más resultaron heridos. En el barrio de al-Sabra, cuatro niños de la misma familia resultaron heridos por las bombas, que también golpearon sobre los campos de refugiados de Nuseirat y al-Bureij.
“Vivimos otra noche de violencia por la artillería de los tanques y bombardeos aéreos. El miedo es que caigan los misiles sin previo aviso, algo que ha ocurrido en muchos edificios. Las ambulancias van y vienen cargando heridos”, informó la periodista Youmna al Sayed. Además, recordó el exhausto y la falta de suministros médicos que sufren los hospitales gazatíes, que ya estaban al límite por la crisis del Covid-19. Organizaciones humanitarias seguían exigiendo el fin de la violencia para garantizar la entrega de ayuda mediante corredores humanitarios. Se estima que tomará varios años reconstruir la destrucción causada por la ofensiva militar de Israel.
Hamás, cuyas capacidades balísticas han sido duramente golpeadas, apostaba ayer por apretar el freno. “Los esfuerzos para lograr un cese de hostilidades surgirán efecto”, auspició Moussa Abu Marzouk, oficial del brazo político islamista.
Ayer el ministro de exteriores alemán, Heiko Mas, aterrizó en Tel Aviv, y de inmediato fue llevado al suburbio de Petah Tikva, donde comprobó los daños materiales causados en un edificio golpeado por un proyectil. Tras afirmar que acudió “para mostrar solidaridad con Israel” y su derecho a la autodefensa, alegó que su país apoya los esfuerzos en pro de un alto el fuego. Más tarde, llegaron también los ministros de exteriores de la República Checa y Eslovaquia.
El analista Alon Pinkas escribió en el rotativo Ha’aretzque “Netanyahu y los palestinos le fijaron la agenda a Biden, y su paciencia se está terminando”. A pesar de que no se vislumbra una crisis en la histórica alianza entre Israel y EE UU, si hay señales de un empeoramiento de los vínculos entre Biden y Netanyahu, que podrían profundizarse si el líder del Likud se prolonga en el cargo. Para el autor, las relaciones del gobierno israelí con el Partido Demócrata están dañadas: “es un terreno en que jamás entró ningún líder anterior a Netanyahu”. Y culminó: “se destapó de nuevo la cuestión palestina, algo en lo que la Casa Blanca no estaba interesada”. En las filas demócratas, sectores del partido son ya abiertamente críticos con Israel, y pese a que no supondrá cambios inmediatos en la alianza militar, es una tendencia creciente y sin precedentes.
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