Rusia

Otro golpe de la Justicia rusa al círculo de Navalni

Un tribunal moscovita suspende las actividades de las organizaciones vinculadas al opositor ruso

Noticias de última hora en La Razón
Última hora La RazónLa RazónLa Razón

La figura del activista y opositor Alexei Navalni está copando muchas más portadas fuera de Rusia que en su propio país. La de hoy no ha pillado por sorpresa ni al mismísimo protagonista: su Fundación de Lucha contra la Corrupción se debate entre la ilegalidad y la criminalidad. Así lo ha solicitado la Fiscalía rusa, atendiendo a varias demandas, ante un tribunal de Moscú, para que se incluya a dicha organización dentro de la lista de grupos extremistas. Según el tipo de procedimiento iniciado, el tribunal podría tomar una decisión antes del próximo lunes y, en el caso de fallar en contra de Navalni, prohibiría sus actividades y expondría a los miembros y simpatizantes a penas de prisión, según han denunciado activistas pro derechos humanos.

«Decenas de miles de activistas pacíficos y el personal de las organizaciones de Navalni están en grave peligro. Si sus organizaciones se consideran ‘extremistas’, correrán un riesgo inminente de enjuiciamiento penal», advierete Natalia Zviagina, de Amnistía Internacional en Moscú.

Los fiscales también han pedido al tribunal de la capital rusa que restrinja las actividades de la fundación prohibiéndola difundir información en los medios de comunicación, participar en elecciones, utilizar bancos u organizar eventos públicos, según palabras de Ivan Pavlov, abogado que representa a la organización de Navalni. La medida cautelar de la Fiscalía fue publicada en las redes sociales por simpatizantes del líder opositor, quienes rechazan las acusaciones e insisten en que las acciones tienen motivaciones políticas.

La Fiscalía informó este lunes de que recurrió a estas medidas porque «líderes y miembros» de la fundación y las oficinas de Navalni «continúan realizando actividades ilícitas, por ejemplo, realizar actos públicos masivos ilícitos... como el del pasado 21 de abril», movilización promovida por los colaboradores del opositor para pedir su excarcelación y que se saldó con casi 2.000 detenidos en todo el país.

Desde que Navalni viajase a Alemania y permaneciese allí cinco meses después de su envenenamiento el 20 de agosto, su fundación ha cobrado más interés y repercusión, con un aumento significativo de medios criticado desde el Gobierno ruso, que sospecha de una intervención extranjera para financiar a dicha organización. El Kremlin no está dispuesto a que en Rusia pueda tener lugar una revolución de colores orquestada desde fuera, como las vividas en otras ex repúblicas soviéticas.

La Fundación de Lucha contra la Corrupción fue creada por Navalni hace diez años y en todo este tiempo se ha dedicado a denunciar supuestos actos de corrupción por parte de altos funcionarios del Gobierno ruso, utilizando las redes sociales, y más concretamente su canal de YouTube como medio de propaganda. La más sonada se publicó el pasado 19 de enero y en ella se denunciaba, a través de un vídeo de casi dos horas de duración, la existencia de una mansión construida por el presidente ruso, Vladimir Putin, en la costa del Mar Negro y que en todo momento ha sido desmentido por el Kremlin. El vídeo ha recibido hasta el momento 116 millones de visitas.

Mientras, Navalni, de 44 años, sigue recuperándose después de anunciar la pasada semana el fin de su huelga de hambre, que le ha llevado durante tres semanas a no ingerir alimentos sólidos, lo que ha empeorado su ya deteriorado estado físico. El bloguero actualmente cumple una pena de prisión de dos años y medio por fraude en la Colonia Penitenciaria IK-2 de la ciudad de Pokrov, a 100 kilómetros de Moscú. La semana pasada, su entorno denunció que el político había empeorado de unos dolores de espalda que sufría desde el mes de febrero y el 20 de abril fue trasladado a un hospital civil.

Los seguidores de Navalni, ante la incertidumbre sobre su estado, convocaron una movilización el pasado miércoles en todo el país para pedir su libertad. La víspera, la Policía detuvo en Moscú a Kira Yarmush, portavoz de Navalni, y a Lubov Sobol, una de sus más estrechas colaboradoras.

El líder opositor, abogado de formación y controvertida figura pública, ha pasado por varias formaciones políticas, como el partido Yabloko, de donde fue expulsado en 2007, creando después su propio grupo político con el que ha participado en varias elecciones democráticas, habiendo sido candidato a la Alcaldía de Moscú, en la que obtuvo más del 27% de los votos. Navalni es considerado en este momento el líder de los activistas críticos con la gestión del Gobierno de Vladimir Putin.