Prisión de Guantánamo
El motivo por el que EE UU cierra las celdas secretas para los reos más peligrosos
El Campamento 7 albergaba a 14 reclusos yihadistas que participaron en los atentados del 11-S
El Comando Sur de EEUU ha decidido trasladar a los 14 presos que estaban recluidos en el llamado Campamento 7 de la cárcel para acusados de terrorismo de Guantánamo (Cuba) al llamado Campamento V, un recinto de máxima seguridad construido en 2004 en el que no podrán comunicarse con el resto de los 26 reclusos de menor nivel. En un escueto comunicado, se indicó que el traslado se hizo “sin incidentes”. Ahora, los 40 presos del penal militar están repartidos en solo dos recintos y custodiados por 1.500 efectivos del Ejército estadounidense
El Campamento 7 era la parte más secreta de la cárcel, el lugar donde las luces no se apagan nunca, un lugar diseñado para acoger a los reclusos considerados más peligrosos. Fue el presidente George W. Bush quien pidió que 13 presos yihadistas detenidos en 2006, acusados de atentados en EEUU, fueran internados en condiciones ajenas a la Convención de Ginebra de respeto a los presos. En aquel grupo de terroristas figuraba Khalid Sheikh Mohammed, el único que reconoció su papel en el diseño de los atentados contra las Torres Gemelas del 11-S.
Aunque apenas trascendieron detalles del Campamento 7, la prensa de EEUU publicó que se trataba de un lugar escondido entre las áridas colinas de la Bahía de Guantánamo, un terreno d 45 kilómetros cuadrados controlado por EEUU. Dentro de este recinto, los detenidos duermen con antifaz y soportan una ruido constante. Todas sus acciones son controladas por cámaras, incluso cuando están en la ducha.
El traslado de presos se habría hecho bajo la supervisión de la CIA, que según el New York Times tiene voz y voto respecto de las operaciones en el Campamento Siete gracias a un memorando de entendimiento firmado en 2006 por Donald Rumsfeld y Michael Hayden, el secretario de Defensa y el director de la CIA en aquel entonces. La CIA habría controlado el flujo de información de los detenidos con medidas de clasificación, segregación, vigilancia y una unidad especialmente capacitada de guardias llamada Task Force Platinum (Comando Platino).
El general de brigada John G. Baker del Cuerpo de Marines, abogado en jefe de la defensoría de las comisiones militares, dijo a The New York Times que “el Campamento Siete está en malas condiciones y empeora”. Ya en 2018 la comandante Sarah Higgins, portavoz del Departamento de Defensa, decía a Efe que “existe una propuesta para construir un centro de detención de alto valor puesto que el actual está en estado de deterioro”.
El mando del Comando Sur, que tiene sede en Miami-Dade, dirigió el traslado de los presos este fin de semana, que aumentará “la eficiencia y efectividad operacional y reducirá el costo” del penal, según el comunicado. Se trata de una decisión “de responsabilidad fiscal” que no afecta a la “seguridad o la misión de brindar atención y custodia segura, legal y humana a los detenidos en JTF-GTMO (como se conoce en jerga militar la cárcel)”.
Localizada en terrenos de la base militar de Guantánamo, en Cuba, la cárcel para terroristas fue creada en 2002 por el presidente George W. Bush, después de los atentados del 11 de septiembre de 2011. Siempre rodeada de polémica, la cárcel llegó a albergar a 800 detenidos y ha sido objeto de investigaciones y denuncias sobre tratos inhumanos a los reclusos.
El presidente Barak Obama (2009-2017) hizo del cierre de la base una de sus prioridades y, aunque no logró su objetivo, consiguió vaciar parte del penal al transferir a un total de 196 detenidos a terceros países.
A día de hoy únicamente quedan en esa cárcel 40 presos, según el comunicado del Comando Sur. Amnistía Internacional (AI) le pidió el pasado enero al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, cerrar el centro de detención de la Bahía de Guantánamo.
En 2009, durante la Conferencia de Seguridad de Munich en 2009, Biden, entonces vicepresidente, dijo a su audiencia: “Defenderemos los derechos de aquellos que llevamos ante la justicia. Y cerraremos el centro de detención de la Bahía de Guantánamo”. “Una docena de años después, mientras se dispone a entrar en la Casa Blanca como presidente, Biden tiene la oportunidad de hacer realidad aquellas palabras. No debe dejarla pasar”, dijo AI en su informe del pasado enero.
Además, pidió a la nueva administración encabezada por el demócrata Biden dar “prioridad” y “recursos” al cierre de este penal ubicado en la base naval que Estados Unidos mantiene en el territorio de Guantánamo, en Cuba.
El informe documenta un catálogo de las violaciones a los derechos humanos perpetradas contra los detenidos en el campamento, “donde las víctimas de la tortura son retenidas con una atención médica inadecuada, por tiempo indefinido y en ausencia de juicios justos”, expresó la organización en un comunicado.