Crisis política

Tres escenarios para evitar el adelanto electoral en Italia

Conte aspira a formar un tercer Gobierno con el apoyo de diputados y senadores no adscritos, mientras que Draghi sería el favorito para encabezar un Ejecutivo de unidad nacional

Noticias de última hora en La Razón
Última hora La RazónLa RazónLa Razón

El sainete protagonizado por el ex primer ministro italiano Matteo Renzi (2014-2016) lleva semanas sazonando la siempre inquieta política transalpina. Pero hoy ha alcanzado el clímax al cumplir el florentino su amenaza de salir del Gobierno que comparte como socio menor con el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y el Partido Democrático (PD). La dimisión de las ministras de Agricultura, Teresa Bellanova, y Familia e Igualdad, Elena Bonetti, deja en minoría al Ejecutivo del primer ministro, Giuseppe Conte, en ambas Cámaras.

Una vez más, será el presidente de la República, Sergio Mattarella, el árbitro de una crisis política que no necesariamente tiene que derivar en una llamada a las urnas, dado que la legislatura no concluye hasta marzo de 2023. Lo cierto es que ningún partido desea en estos momentos un adelanto electoral y menos que nadie Italia Viva (IV), el partido centrista creado por Renzi tras abandonar en 2019 el PD, al que las encuestas apenas conceden el 3% de lo votos.

Conte, que hasta llegar al Palacio Chigi (sede del Gobierno italiano) en junio de 2018, era un “outsider” de la política, ha aprendido rápidamente a negociar entre bambalinas y aspira a permanecer en el poder tras el inevitable nuevo reparto de cartas. Ya lo demostró en el verano de 2019, cuando logró desinflar la OPA hostil del ultraderechista Matteo Salvini con un pacto hasta entonces impensable entre dos enemigos como los “grillinos” y los socialdemócratas.

1. Reconciliación con Renzi

Las intrigas del ex primer ministro solo buscan aumentar su protagonismo político y aumentar la presencia de su partido en el Gobierno. En su rueda de prensa, Renzi dejó la puerta abierta a seguir colaborando con la actual coalición, por lo que no sería descabellado que prestara su apoyo parlamentario externo a cambio de concesiones por parte del primer ministro, especialmente en la gestión del fondo de recuperación económica de la UE, oficialmente la excusa para desencadenar esta crisis de Gobierno en plena pandemia de coronavirus. Sin embargo, los medios italianos aseguran que Conte sería más partidario de pasar página para dejar de depender de Renzi.

2. Una nueva mayoría parlamentaria

Desde hace tiempo, Conte sondea a los diputados y senadores del grupo mixto, liderados por el ex ministro centrista Clemente Mastella, para reemplazar a los 30 y 18 escaños con los que cuenta Italia Viva en la Cámara de Diputados y el Senado, respectivamente. En la Cámara Alta, por ejemplo, solo le harían falta nueve apoyos para alcanzar la mayoría absoluta, 161. En Italia rige un bicameralismo perfecto, por lo que el Gobierno debe garantizarse la mayoría en ambas Cámaras parlamentarias.

Otra alternativa sería que saliera en auxilio del Gobierno Forza Italia (FI), el partido de Silvio Berlusconi, en horas bajas en la coalición de centro de derecha por el auge de la Liga y los ultraderechistas Hermanos de Italia de Giorgia Meloni. FI dispone de nada menos que 94 diputados y 52 senadores.

3. Un Gobierno técnico

En caso de que Conte fracase en su intento de encabezar su tercer Ejecutivo, el presidente Mattarella tendría una última baza para evitar el adelanto electoral: el manido Gobierno técnico. La misma fórmula ideada por su antecesor, Giorgio Napolitano, en 2011 para colocar al frente del Gobierno a Mario Monti tras la caída de Silvio Berlusconi.

Ahora sería otro Mario, Mario Draghi, el ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) quien encabezaría un Ejecutivo de unidad nacional que tendría incluso el apoyo de la Liga de Salvini para afrontar los grandes desafíos que afronta Italia.