Francia

Las manifestaciones contra la ley de seguridad de Macron se tornan violentas

Miles de personas habían comenzado a marchar pacíficamente en París cuando varios violentos se enfrentaron a la Policía

La protesta contra la ley de seguridad del Gobierno francés prosiguió este sábado en casi 90 ciudades del país, pese a que el Ejecutivo anunció su intención de reformar los aspectos más polémicos del proyecto.

Las manifestaciones se unieron en esta ocasión con otras convocadas por los sindicatos contra la precariedad creciente en el empleo.

Las diferentes convocatorias estuvieron rodeadas de importantes medidas de seguridad, después de que el pasado sábado algunas de esas manifestaciones acabaran con disturbios y enfrentamientos entre radicales y las fuerzas del orden.

Pero ayer las manifestaciones en Francia volvieron a tornarse violentas. Decenas de manifestantes encapuchados lanzaron proyectiles contra la policía antidisturbios, destrozaron escaparates, incendiaron coches y quemaron barricadas durante una manifestación en la capital francesa el sábado contra la violencia policial.

Los agentes antidisturbios frente a los manifestantes en París
Los agentes antidisturbios frente a los manifestantes en ParísFrancois MoriAgencia AP

La Policía respondió con descargas de gas lacrimógeno. Miles de personas habían comenzado a marchar pacíficamente en París cuando estallaron los enfrentamientos entre la Policía y varios manifestantes violentos, la mayoría vestidos de negro y con el rostro cubierto. Algunos usaron martillos para romper los adoquines. Los manifestantes denunciaban la brutalidad policial y los planes de política de seguridad del presidente Emmanuel Macron que, según los manifestantes, restringirían las libertades civiles.

Agitaron pancartas que decían “Francia, tierra de derechos policiales” y “Retirada de la ley de seguridad”.

Francia se ha visto afectada por una ola de protestas callejeras después de que el Gobierno presentara un proyecto de ley de seguridad en el Parlamento que se propuso aumentar sus herramientas de vigilancia y restringir los derechos sobre la circulación de imágenes de policías en los medios y en línea. El proyecto de ley era parte de la campaña de Macron para endurecer la ley y el orden antes de las elecciones de 2022. Su Gobierno también dijo que la Policía necesitaba estar mejor protegida del odio en línea. Pero el proyecto de ley provocó una reacción pública.

La paliza a un hombre negro, el productor musical Michel Zecler, por parte de varios agentes de Policía a finales de noviembre intensificó la ira. Ese incidente salió a la luz después de que circularan en línea imágenes de teléfonos móviles. En un giro de los acontecimientos esta semana, el partido de Macron dijo que reescribiría el artículo que restringe los derechos a circular imágenes de agentes de Policía. Pero muchos oponentes dicen que eso no es suficiente.

Los convocantes consideran que no es suficiente el anuncio del Gobierno de retirar el artículo 24 de su ley, que controlaba la grabación y difusión de imágenes de fuerzas del orden, lo que fue considerado como un ataque a la libertad de prensa y de expresión.

El Ejecutivo anunció el pasado miércoles que ese artículo será totalmente revisado y el presidente, Emmanuel Macron, aseguró este viernes que en su nueva formulación no estará prohibido grabar y difundir imágenes de policías y gendarmes.

Pero los convocantes mantienen la presión porque no se fían de la nueva redacción y exigen la retirada total de una ley que comienza su trámite parlamentario.

Las manifestaciones se producen en un contexto creciente de crítica al presidente Macron por lo que se considera ataques a las libertades fundamentales, algo que negó en una entrevista con el medio digital Brut este viernes.

El presidente reconoció algunas actuaciones violentas de la Policía que consideró “inadmisibles” y que, dijo, serán sancionadas, pero señaló que en su mayor parte las fuerzas del orden francesas actúan con mesura y dentro de las reglas deontológicas.

Macron admitió también actos racistas en la Policía, sobre todo en los controles de identidad, que señaló que se centran más en personas que no son de piel blanca, una frase que le ha valido las críticas de los sindicatos policiales