Coronavirus
Tres nuevos brotes de Covid-19 cuestionan la eficacia de la desescalada en Alemania
Los cerca de 700 habitantes de un bloque de viviendas de Gotinga, en el centro del país, quedaron desde ayer en cuarentena. Se suma al foco del matadero y a otro en Berlín
Campeona en la gestión contra la pandemia, Alemania podría manchar su buen expediente tras varios brotes de coronavirus surgidos en plena desescalada y que han puesto en tela de juicio los distintos protocolos emitidos por los estados federados para relajar las restricciones. Así, y solo un día después de que las autoridades decretaran el cierre de un matadero en el oeste del país tras detectar 650 positivos entre sus empleados, continúan las investigaciones para tratar de esclarecer qué pudo pasar en la planta cárnica en la que, según los gerentes de Tönnies -la empresa implicada-, se cumplía con toda la normativa sanitaria vigente.
Una aseveración que sin embargo quedó ayer en entredicho tras publicarse un vídeo en la versión digital del periódico “Bild” en el que se muestra como cientos de trabajadores de la empresa cárnica comen hacinados en el comedor de la compañía, sin guardar la distancia de seguridad. El portavoz de Tönnies, André Vielstädte, salió en defensa asegurando que las imágenes corresponden al comienzo de la pandemia y que, en los últimos días, han reducido al 50 por ciento los asientos de la cantina. Una explicación que no obstante no sirvió para calmar los ánimos en la región de Gütersloh, en Renania del Norte-Westfalia, donde el brote del matadero obligó a cerrar las escuelas públicas, mientras las autoridades estudian si tomar medidas adicionales, como cerrar tiendas y restaurantes.
La pandemia ha puesto de manifiesto la dificultad para cumplir las medidas de distancia e higiene en el contexto de las condiciones laborales existentes en el sector cárnico, lo que el mes pasado llevó al gobierno germano a anunciar una reforma estructural del ramo, caracterizado por la mano de obra temporal e inmigrante. En el caso de Tönnies hay aún más.
Así, un medio local informó que la investigación apunta a que algunos de los casos fueron importados de otros países por trabajadores migrantes que aprovecharon la reciente apertura de las fronteras europeas para visitar a sus familias. Algo que corrobora la empresa que añadió que las vacaciones y dos fines de semana alargados con festivos y días de puente sirvieron para que muchos de sus empleados, procedentes de Rumanía y Bulgaria, aprovecharan para viajar a sus países de origen. Para la mayoría significó un viaje de más de 17 horas sentados en un autobús. Ahora esos empleados están alojados en pabellones de la propia empresa, en condiciones que reiteradamente se han denunciado como de hacinamiento.
Además, y según aseguró el representante de Tönnies, Gereon Schulze Althoff, la refrigeración de las salas del matadero pudo propiciar la transmisión del virus. De hecho, la mayoría de las infecciones ocurrieron en la sala de despiece de los cerdos donde, según Vielstädte, “las bajas temperaturas son un caldo de cultivo ideal para la propagación del coronavirus” aunque remarcó que el contagio no tiene nada que ver con las condiciones de vida de los animales.
La planta quedó cerrada mientras se trata de identificar a todas las personas que estuvieron en contacto con los afectados, sean compañeros o familiares. En mayo, otra fábrica de carne de la región también tuvo un brote menor de coronavirus.
Pero los brotes en Alemania no se reducen al matadero de Tönnies. Los cerca de 700 habitantes de un bloque de viviendas de Gotinga, en el centro del país, quedaron desde ayer en cuarentena, tras ser verificados unos 100 contagios con Covid-19 en ese edificio, según indicaron las autoridades del land de Baja Sajonia.
La medida fue adoptada por considerarse que entre los habitantes de la totalidad del bloque hay alta probabilidad de infección por contacto directo con sus vecinos. Con ello la tasa de contagios en la última semana en esa ciudad se sitúa en 44,86 por 100.000 habitantes; es decir, rozando los 50 por 100.000 habitantes, tope a partir del cual se considera deben establecerse parámetros especiales.Un brote que sigue al detectado esta semana en siete bloques de viviendas del popular distrito berlinés de Neukölln, donde quedaron en cuarentena 370 hogares. No obstante, y según dictaminan las autoridades de Berlín, la situación no representa un riesgo para la población general de la capital.
A pesar de las conexiones con otros barrios, la probabilidad de que surja un problema generalizado “no es particularmente alta”, dijo el funcionario estatal Patrick Larscheid a la radio pública local y estableció una conexión con los brotes en Renania del Norte-Westfalia: “los afectados tanto aquí y como allí, vivían tan aislados que el virus probablemente no se pudo propagar”.
El público en general está perdiendo la disciplina cuando se trata de cumplir con las medidas de prevención ante el coronavirus, añadió.Los brotes han cuestionado la gestión de las autoridades de los estados federados afectados, a las que compete implementar las medidas relacionadas con la pandemia, sean las restricciones o el levantamiento de éstas. Renania del Norte-Westfalia, con 18 millones de habitantes, ha adoptado en todo el proceso una línea más laxa que otros “Länder”, a pesar de ser el segundo estado federado más afectado por la pandemia, tras Baviera. La canciller alemana, Angela Merkel, ha tratado de consensuar con los poderes regionales líneas comunes, aunque en última línea la aplicación de las medidas compete a estos.
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