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Noruega admite que actuó con “miedo” al cerrar los colegios por el coronavirus

Las autoridades sanitarias del país nórdico descartan adoptar medidas tan restrictivas en caso de de un nuevo brote por el elevado coste económico

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Suecia no es el único país nórdico que reflexiona sobre su estrategia frente al virus. Noruega, considerado uno de los países que mejor ha gestionado la pandemia, reconoce ahora que actuó por “miedo” a la hora de cerrar los colegios, guarderías y comercios no esenciales y descarta imponer la cuarentena si se desencadena un rebrote en el futuro por el elevado coste económico.

Para hacer frente a la pandemia, Noruega adoptó una posición intermedia entre la relajación sueca y los estrictos confinamientos de España e Italia. Los noruegos podían salir a la calle a pasear y correr y muchos comercios permanecieron abiertos, aunque manteniendo el distanciamiento social y estrictas medidas higiénicas. A mediados de abril, las autoridades iniciaron su descalada con la vuelta al cole de los alumnos más pequeños y este lunes reabrieron los bares. La liga de fútbol, los gimnasios y los eventos de más de 200 personas deberán esperar al 16 de junio.

Los 237 muertos registrados en Noruega contrastan con los 4.468 en Suecia.

Steinar Holden, jefe del comité de expertos que diseñó la estrategia contra el virus para la Agencia de Salud de Noruega, recomienda un “enfoque muchos más ligero” en caso de un rebrote del patógeno dadas las enormes consecuencias económicas. “Deberíamos empezar con medidas a nivel individual, que es lo que tenemos ahora, y si hay una segunda ola, deberíamos tener medidas en el área local donde esto ocurre, y evitar las medidas a nivel nacional si es posible”, asegura Holden en una reciente entrevista a “The Local”.

“La decisión de cerrar escuelas y guarderías, limitar las reuniones a solo cinco personas, cerrar peluquerías y otros tratamientos individuales, e imponer el trabajo a domicilio ha sido costosa”, explica. “Las medidas que pusimos en vigor el 12 de marzo han tenido consecuencias bastante pesadas sobre la economía: estimamos el efecto de todas ellas en 27.000 millones de coronas (2.500 millones de euros) al mes”, concretó Holden, que es director del Departamento de Economía de la Universidad de Oslo.

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Ahora la Agencia de Salud de Noruega apuesta por intensificar los test y rastrear las cadenas de contagio para mantener la tasa de reproducción por debajo de 0,9. Asimismo, será necesario mantener la distancia social y una estricta higiene. Una estrategia más sostenible presupuestariamente: 131.000 millones de coronas (unos 12.000 millones de euros) entre junio de 2020 y 2023, para cuando se prevé que ya se dispondrá de una vacuna contra el coronavirus.

Al escuchar a las autoridades de Oslo y Estocolmo, paradójicamente uno tiene la impresión que a las primeras les hubiera gustado parecerse más a Suecia y a las segundas más a Noruega durante la pandemia. Una demostración de que las políticas públicas no dejan de ser una cuestión de prueba y error. Con todo, los 2367 noruegos muertos por el virus contrastan con los 4.468 en el país vecino.

Días antes, la propia primera ministra, Erna Solberg, reconocía en una entrevista con la televisión pública NRK que actuó con “miedo” tras producirse el primer muerto por coronavirus en Noruega. “¿Era necesario cerrar las escuelas? Tal vez no. Pero al mismo tiempo, creo que fue lo correcto en ese momento. Basándonos en la información que teníamos, tomamos una estrategia de precaución", aseguró. De hecho, la directora del Instituto de Salud Pública de Noruega, Camilla Stoltenberg, había desaconsejado al Gobierno el cierre de colegios.

“Probablemente tomé muchas de las decisiones por miedo”, admitía Solberg. “Los peores escenarios dominaron la situación y comencé a pensar ‘¿cómo debería actuar un líder?’”.

Estas dudas no parecen hacer mella sobre la popularidad del Gobierno ni de la primera ministra. Los conservadores, con el 25,8%, superan por segundo mes consecutivo a los socialdemócratas (23,4%) y, por primera vez en un año, el bloque de derechas supera a la oposición de izquierdas, según un sondeo de Nostat para NRK y el diario “Aftenposten”.

“Considero que la gente cree que el Gobierno ha hecho un buen trabajo con el Covid-19″, aseguraba la primera ministra a NRK. “Ahora tenemos que trabajar duro con los votantes para mantener este liderazgo y adelantar a los otros partidos de derechas”, aseguraba Solberg de cara a las elecciones previstas para septiembre de 2021. En caso de ganar y lograr formar Gobierno sería su tercer mandato consecutivo al frente del país nórdico.