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Coronavirus
¿Qué pasaría si el coronavirus llegase a Venezuela?
LA RAZÓN ha entrado al hospital Universitario de Caracas. Lo hace de incógnito, esquivando a los motorizados chavistas –paramilitares- que guardan el edificio
Si una pandemia invadiese Venezuela las circunstancias serían catastróficas teniendo en cuenta el sistema sanitario del país bolivariano, arruinado durante la era chavista. Hospitales cuyo sistema decadente solo puede compararse a algunos países africanos que por suerte, todavía no han sufrido el flagelo de esta “plaga”. Además de un flujo migratorio capaz de extender el virus por el continente, EEUU y Europa.
Según el Ministerio de Salud -el cual ya prácticamente ha desaparecido- de Nicolás Maduro, en Venezuela se activó el sistema de vigilancia epidemiológica en puertos, aeropuertos y personal de salud, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Afirma que el estatal Instituto Nacional de Higiene –otra institución en ruinas- Rafael Rangel, ubicado en Caracas, “está en capacidad de realizar la detección de otros virus respiratorios tipo noinfluenza, entre ellos los coronavirus en humanos. Además, es el único centro con capacidad instalada para el diagnóstico de virus respiratorios en Venezuela. Existe capacidad para realizar la logística en los 24 estados para la toma de muestra y su traslado hasta este laboratorio nacional de referencia”.
Visto así pareciera que Venezuela está a la altura de las circunstancias y que podría responder adecuadamente ante la eventual aparición del coronavirus 2019-nCoV en el país. Pero lo cierto es que el país vive una emergencia humanitaria compleja desde 2015-incluso antes- y no tiene capacidad para atender las necesidades mínimas de salud de la población, y mucho menos un brote de esta naturaleza. Cuando gobernaba el fallecido Hugo Chávez se hizo una importante inversión en las barriadas más pobres con un programa denominado Misiones. Básicamente Venezuela intercambiaba petróleo a cambio de doctores cubanos. El sistema sigue en pie pero la crisis y la corrupción han originado que la mayoría de los centros queden vacíos y sin material.
LA RAZÓN ha entrado al hospital Universitario de Caracas. Lo hace de incógnito, esquivando a los motorizados chavistas –paramilitares- que guardan el edificio. Entre pasillos de color verdoso mal pintados y cocinas sin gas encontramos a Roberto, escuálido, portador del VIH, que espera resignado una muerte lenta. A Roberto se acaba el tiempo, no tiene antirretrovirales, lo mismo le pasa a su compañero Jorge, 40 kilos de peso y 1.72m.
Jorgie una enfermera que como el resto del personal no soporta la situación nos declara a escondidas en un baño: “No hay que comer, no hay medicinas, esto es un caos”
En Baruta a varios kilómetros, casas anaranjadas de ladrillos desnudos se amontonan. la familia de Daniela utiliza la santería, invocando a los hermanos Jimagua –gemelos bebes de tez negra- ya que los medicamentos para el trasplante de hígado y que no lo rechacen, no llegan: “No sé cuando lo harán, si creo voy a morir”
Su vecina July ya encontró un donante pero le falta el dinero. “Aunque tenga el órgano sin dinero no puede realizarse el trasplante” afirma mientras riega las plantas.
La más reciente Encuesta Nacional de Hospitales que realiza la Organización Médicos por la Salud muestra que en 2019 hubo 2.602 muertes cardiovasculares evitables. No obstante, las fallas del sistema, la carencia de equipos, insumos y medicamentos juegan en contra de la población. Se estima que en las salas de emergencias de los hospitales venezolanos un paciente con un infarto puede tardar casi siete horas en promedio para ser atendido.
Por otro lado La Sociedad Venezolana de Infectología sostiene que la situación sanitaria actual de Venezuela, “ sostiene que dada la operatividad reducida de las emergencias de hospitales, de allí que la atención precoz de personas con síntomas respiratorios y antecedente de viaje a China, de la zona de Wuhan, es el recurso más importante en este caso”.
Entre las medidas preventivas y de control de infecciones se cuenta algo tan básico como el uso de mascarillas respiratorias. No obstante, en opinión del doctor Julio Castro, miembro de Médicos por la Salud y coordinador de la Encuesta Nacional de Hospitales , si en los hospitales ni siquiera hay agua, menos hay insumos básicos de este tipo. “A esta altura ya deberíamos tener suficientes tapabocas y mascarillas, pero no es así, no estamos en una buena situación”.
Concretamente se detectó que 51 por ciento de los hospitales del país no tenían mascarillas ni tapabocas en sus áreas de emergencia; que el 90 por ciento no tenía un protocolo de manejo clínico de pacientes con enfermedades de transmisión respiratoria y que ninguno tenía unidades de aislamiento en áreas de emergencia. El 60 por ciento de estos centros de salud pública no tienen agua, o tienen agua apenas una o dos veces por semana.
“Todas esas claves dan un signo muy negativo de cómo pudiera ser el impacto de un virus como este en nuestro país”, concluye Castro.
A su juicio y el de los otros expertos, en una situación como la que atraviesan en este momento los hospitales, el personal de salud sería el más expuesto. Según Castro, no cuentan siquiera con equipos de protección de bajo nivel. Caracas se podría volver en el principio del fin si el resto de países no gestiona un sistema sanitario que se hunde.
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