Israel
Benjamin Netanyahu, imputado formalmente por corrupción
Unas horas antes Netanyahu había retirado su petición de inmunidad ante el Parlamento para evitar un “circo”
Ya es definitivo. Por primera vez en la historia de Israel, un primer ministro en el cargo se sentará en el banquillo de los acusados para afrontar la inculpación en tres causas por corrupción, fraude y abuso de confianza. Benjamin Netanyahu, que tras conocerse la decisión inculpatoria del asesor letrado del Gobierno apeló ante sus seguidores a la inmunidad parlamentaria porque “es una piedra fundamental de la democracia”, decidió en el último momento retirar la petición para lograr la protección en la Knesset, ya que los números no le cuadraban para hacer efectiva la medida.
El primer ministro más longevo del estado judío afrontará una tercera repetición electoral el próximo 2 de marzo, tras dos intentos fallidos de formar coalición para revalidar el cargo. La matemática parlamentaria probablemente le impedirá nuevamente gobernar, y su decisión de presentarse nuevamente era interpretada como un intento de lograr la inmunidad a toda costa.
El anuncio del primer ministro en funciones de retirar la petición se hizo apenas horas antes de la convocatoria de un pleno parlamentario, previsto para debatir la creación de un comité especial para tratar la solicitud de Netanyahu y de Haim Katz, otro diputado del Likud. Dicho comité denegará la inmunidad, en lo que supondrá un revés público para el “premier” antes de afrontar una nueva campaña electoral.
En un mensaje en Facebook, Netanyahu -de visita en Washington para discutir el “Acuerdo del Siglo” del presidente Donald Trump- denunció que se estaba produciendo un “circo sobre la inmunidad” mientras se encuentra en la Casa Blanca en una misión histórica, que ocurre “durante estos tiempos cruciales para el pueblo de Israel, y mientras me encuentro en EE UU para fijar las fronteras y asegurar la seguridad de las próximas generaciones”.
Además, aclaró que decidió retirar la petición porque “todos los resultados del procedimiento estaban dictados antes de discutirse. No quise permitir que el juego sucio continúe”.
No obstante, la fecha para debatir la creación del comité especial sobre la inmunidad se decidió antes de su anuncio de viajar a Washington para reunirse con Trump, cuya revelación del plan de paz en estas fechas fue considerado por la oposición en Israel como un intento de “rescatar” a Netanyahu en pleno apuro judicial y a pocas semanas de los comicios del 2 de marzo.
El opositor Benny Gantz, que también se encontraba en Washington donde mantuvo un encuentro separado con Trump, remarcó la incompatibilidad de gobernar un país y hacer frente a tres causas judiciales: “Nadie puede gobernar un país con retos de seguridad tan complejos cuando toda su ocupación está basada en su interés personal. Así le dijo Netanyahu a Olmert -ex primer ministro encarcelado por corrupción-, y así le digo yo a Netanyahu”.
Tras conocerse los tres casos de corrupción, en que se inculpa al “premier” de aceptar regalos de lujo y tramar con editores de prensa para recibir coberturas favorables, Netanyahu reiteró que “no ocurrirá nada, porque no hay nada”.
Pero al hacerse efectiva la inculpación, en que se aclaraba que “aceptó sobornos como servidor público a cambio de acciones relacionadas con su posición”, levantó la bandera de la inmunidad. Y cuando el Parlamento se sentó a debatirla, su Likud y el resto de formaciones del bloque de derecha-religiosos decidieron boicotear la sesión y no acudir al pleno.