Johnson reitera a Sturgeon su oposición a otro referéndum en Escocia

Escocia se ha teñido de amarillo, el color del Partido Nacionalista Escocés (SNP). Su líder y ministra principal, Nicola Sturgeon, no podía disimular su entusiasmo al conocer que el SNP ganaba 48 de los 59 diputados en juego en Escocia. Aunque lejos de los 56 de 2015, suma 13 a los 35 con los que ya cuenta en Westminster, donde repetirá como tercera fuerza.

Para Sturgeon, el respaldo obtenido en las urnas la legitima para reclamar a Londres los poderes necesarios para convocar otro referéndum de independencia en 2020. «Los escoceses han dejado muy claro que no quieren a Boris Johnson como primer ministro, y que no quieren un Brexit. Quieren que el futuro de Escocia esté en manos de Escocia», clamó Sturgeon.

Pero la respuesta de Downing Street no se hizo esperar. En un conversación telefónica, Johnson le reiteró a líder del SNP su firme oposición a volver a sacar a las urnas y le trasladó su “compromiso inquebrantable con el fortalecimiento de la unión”. Según un comunicado oficial, Johnson “dejó claro que mantiene su oposición a un segundo referéndum en Escocia y está del lado de la mayoría de escoceses, que no quieren que regrese la división y la incertidumbre”.

Si bien los unionistas se impusieron a los independentistas en el primer referéndum celebrado en 2014 con un abultado 55% de los votos, los sentimientos secesionistas se multiplicaron tras la victoria del Brexit en 2016. A diferencia de Inglaterra y Gales, en Escocia los «remainers» se impusieron por un 62%, lo que da argumentos a Edimburgo para pedir una nueva consulta. Según los últimos sondeos, más del 50% de los escoceses es favorable ahora a la secesión. «Westminster ha ignorado a la gente en Escocia durante tres años. Anoche la gente de Escocia dijo que es suficiente. Es hora de que Boris Johnson comience a escuchar», aseguró Sturgeon.

La ministra principal tiene previsto presentar la semana próxima «una propuesta detallada y democrática» para solicitar al Ejecutivo británico la transferencia de poderes que permita al Parlamento escocés convocar un plebiscito que cumpla con la legalidad.

«Acepto, lamentablemente, que [Johnson] tiene un mandato para [ejecutar] el Brexit en Inglaterra, pero no tiene ningún mandato para sacar a Escocia de la Unión Europea», advirtió.

Solo seis conservadores, cuatro liberal demócratas y un laborista lograron escaños en Escocia, que celebra el próximo año unas decisivas elecciones autonómicas que servirán de termómetro del apoyo al independentismo en al región.