Reino Unido
Corbyn presenta el programa electoral más izquierdista de las últimas décadas
Los laboristas prometen una semana laboral de 32 horas, más festivos y el aumento de los salarios públicos con subidas de impuestos
El líder de la oposición británica, Jeremy Corbyn, lanzó este jueves en Birmingham el manifiesto electoral laborista más radical de las últimas décadas. Lejos queda el viaje al centro de los tiempos del Tony Blair. Los laboristas prometen un sustancial aumento del gasto público que se financiará a expensas de “evasores de impuestos, malos jefes y contaminadores”.
“El laborismo está de vuestro lado”, clamó ante una multitud de estudiantes a los que prometió recortar las tasas de matrícula y los créditos universitarios.
Corbyn fue aplaudido con entusiasmo a medida que desgranaba una serie de compromisos de gasto, incluida la nacionalización del agua, el correo, los ferrocarriles y la energía; aumentos salariales del sector público; un salario mínimo de al menos 10 libras (unos 11,69 euros] por hora; el programa de construcción de viviendas sociales más grande desde los años sesenta o la reducción del alquiler.
Entre ellos, el laborismo se compromete a recortar la semana laboral a 32 horas en el plazo de una década sin pérdida salarial; aumentar el salario mínimo nacional a "al menos 10 libras (11,6 euros) por hora" para empleados mayores de 16 años o a introducir cuatro nuevos días festivos en el calendario anual.
En el documento, el partido se compromete a ayudar a los ciudadanos a conciliar la vida familiar y laboral, pues tendrían derecho a obtener horarios flexibles y podrían extender las bajas de maternidad pagadas de nueve a 12 meses, al tiempo que se doblaría el permiso de paternidad a cuatro semanas.
El líder laborista anunció que la industria del petróleo y el gas “soportaría la carga” del aumento del gasto a través de un “impuesto de transición”. “Vamos a daros la banda ancha de fibra completa más rápida de forma gratuita”, aseguró. “Esto es un cambio real. Podéis confiar en que haremos todo esto porque nos oponemos a los intereses creados”, zanjó.
El manifiesto electoral también promete una Ley de Poderes de Guerra para limitar la capacidad de los primeros ministros de comprometerse en acciones militares sin aprobación parlamentaria, y realizar “una auditoría del impacto del legado colonial de Gran Bretaña”.
"Ignorad a los ricos y poderosos que os dicen que no es posible”, advirtió en su tono más marxista, diciendo que “los banqueros, los multimillonarios y el ‘establishment’” se oponen a las políticas de los trabajadores “porque saben que queremos decir lo que decimos”. “Un tercio de los multimillonarios de Reino Unido han donado dinero al Partido Conservador”, advirtió Corbyn. “Es por eso que los medios de comunicación multimillonarios inventan cosas sobre nosotros. El sistema está manipulado a su favor, pero no funciona para vosotros”.
En un intento de tranquilizar a las clases medias sobre un aumento de impuestos estimado en 100.000 millones de euros, el líder laborista insistió en que los planes de gastos del “Labour” no significarían impuestos más altos “para el 95% de los contribuyentes”. No habría “ningún aumento en el IVA o el impuesto sobre la renta para cualquiera que gane menos de 80.000 libras al año”.
Sin embargo, el Instituto de Estudios Fiscales (IFS) no es tan optimista y considera que la promesa “simplemente no era creíble” y el aumento del gasto público exigirá la recaudación de 80.000 millones de libras extra [93.500 millones de euros]. En opinión de Paul Johnson, director de IFS, “no se puede recaudar ese tipo de dinero en nuestro sistema fiscal sin afectar a las personas”.
Preguntado de las razonas que han llevado al partido a presentar el manifiesta más izquierdistas desde los años ochenta, Corbyn justificó que “cuando viajas por este país y hablas con la gente, son necesarias respuestas radicales”.
Lo cierto es que la oposición laborista quiere revertir la última década de austeridad “tory” con una batería de aumentos salariales en el sector público difíciles de financiar. Así, Corbyn subiría a los funcionarios el sueldo un 5% anual (1.403 millones de euros) y a las enfermeras (1.870 millones). Los conservadores responden que las promesas de la oposición costarán a los británicos 2.400 millones de libras (2.806 millones de euros) en impuestos cada año.
Un referéndum en seis meses
Aunque han preferido centrar su campaña en la mejora de los servicios públicos, los laboristas no olvidan el asunto que ha ocupado y enfrentado a la clase política desde hace tres años y medio, el Brexit. Corbyn promete convocar un referéndum en los primeros seis meses de Gobierno si llega al número 10 de Downing Street. En caso de que los electores se decante por permanecer en la UE, “el laborismo “trabajará con los socios europeos para perseguir una reforma radical de la UE, en particular para asegurar que su fortaleza colectiva se centra en erradicar la emergencia climática, la evasión fiscal y terminar la austeridad y la desigualdad”.
Los laboristas garantizan de forma automática la residencia a los ciudadanos de la Unión Europea. "Vamos a tener un Brexit ordenado en el plazo de seis meses porque no vamos a romper nuestra principal relación comercial. Conseguiremos un acuerdo sensato que proteja la producción y el Acuerdo del Viernes Santo y luego lo someteremos a votación pública junto con la opción de permanecer en la Unión Europea", aseguró Corbyn.
Pero como no se cansan de echarle en cara sus rivales dentro y fuera del partido, Corbyn se negó a desvelar cuál sería el sentido de su voto en ese hipotético referéndum. Una equidistancia que puede costar muy cara a los laboristas en las urnas.
Los conservadores, que han creado una web falsa con el programa laborista, consideran que la propuesta de Corbyn "no tiene credibilidad", ya que no indica dónde irá su voto en la consulta popular que propone. En cualquier caso, los de Johnson, con cerca de un respaldo del 42% en las encuestas, sacan más de diez puntos a sus más directos rivales a tres semanas de los comicios.