Política

Bolivia

El partido de Morales abre paso a las elecciones al romper con su líder

Los partidarios del ex presidente boliviano mantienen los cortes de carreteras y las protestas callejeras

Dos mujeres pasan junto al palacio presidencial de La Paz, fuertemente protegido por las Fuerzas de Seguridad
Dos mujeres pasan junto al palacio presidencial de La Paz, fuertemente protegido por las Fuerzas de SeguridadNatacha PisarenkoAP

En un revés inesperado que bien refleja las divisiones entre las distintas facciones dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), y además representa «una traición» para el presidente en el exilio, Evo Morales, avanzan en Bolivia las negociaciones entre la antigua oposición y el ex oficialismo. El partido del ex presidente suspendió la convocatoria a una Asamblea Legislativa, donde supuestamente iba a declarar inconstitucional que Jeanine Áñez haya sido declara presidenta interina. De esta manera, Morales, quien en una entrevista ya ha revelado que quiere volver a su anterior cargo, queda distanciado de su partido, que le da la espalda y podría pactar una nueva fecha.

El opositor MAS es pieza fundamental para avanzar en este proceso mediante el mecanismo legislativo, pero los intentos de diálogo no habían prosperado hasta ahora, ante lo cual los actores políticos proponían la aprobación de un decreto supremo.

El diálogo, alentado por la UE y la Iglesia después de que Morales presentara su renuncia y abandonara el país para buscar asilo en México, no logró hasta el momento concertar una salida a esta crisis, pero esta decisión del MAS es vista con optimismo.

En el Palacio Quemado de la Plaza Murillo, aún cortada al transito por las protestas, el ambiente era otro. Por primera vez veían «la luz al final de túnel». De hecho, Áñez cumplía ayer una semana como presidenta interina, presionada para conseguir cuanto antes una salida. Desde que asumió ha recalcado que el suyo es un Gobierno de transición con dos objetivos: la pacificación de un país convulso desde las fallidas elecciones del 20 de octubre y la convocatoria lo antes posible de elecciones «transparentes».

El avance hacia estos objetivos no depende solo del Gobierno transitorio, sino en buena parte del MAS, que controla el Parlamento y cuyos seguidores mantienen bloqueos de carreteras y movilizaciones callejeras en varias regiones bolivianas en contra de Áñez. Agrupaciones como los ponchos rojos, que continúan de vigilia en la Plaza San Francisco y los cocaleros de los Yungas y el Chapare podrían sumir al país en el caos si continúa los bloqueos de víveres y gas. Los mineros harían el resto, cargados de pólvora en una Bolivia explosiva.

Ayer, en el mercado Rodríguez seguía sin encontrarse pollo, la mayoría de verduras y víveres, como huevos. Pero sobre todo se siente la escasez de gas. Los apagones y la duchas frías empiezan a mermar la paciencia de los bolivianos.

Además el Oriente «contraataca» y en un inesperado llamamiento, el líder del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho –quien suena con fuerza presidenciable y propició la caída de Morales del poder, planteó que las elecciones en Bolivia sean el 19 de enero y dio un plazo hasta hoy miércoles para formar un tribunal que las convoque.

Morales se vio obligado a renunciar el 10 de noviembre, horas después de anular esas elecciones, tras perder el apoyo de los militares y policías y en medio de una fuerte convulsión social.Ahora la pregunta es quién serán los candidatos. Si Evo morales, quien podría desde México acudir a la toma de posesión de argentino Alberto Fernández, acaba relegado de la carrera, el MAS tendrá que nombrar un sucesor, seguramente un cocalero de la vieja escuela.

Por otro lado, se presume que Carlos Mesa, el ex presidente que perdió en primera vuelta, Camacho y quizás algún nuevo candidato de la «órbita Áñez», se enfrenten al socialismo indigenista.