Baloncesto
Fábrica de talentos
Madrid- El DKV Joventut exhibió todo su poder en la Copa del Rey. Ganó el título, jugó de forma espectacular y supo cómo desactivar las mejores armas de cada uno de sus rivales. Aíto ha construido un bloque sólido en el que Rudy Fernández, la joya de la corona, es el protagonista, pero en el que todos los jugadores tienen un papel importante. «Es un orgullo que pongan como ejemplo de baloncesto nuestro juego», dijo Aíto nada más ganar la final al Tau, aunque no olvidó su labor de «educador» de futuras estrellas: «Espero que este título nos sirva para crecer». La «Penya» es el paradigma de equipo de baloncesto, que siempre ha intentado superar el poderío económico de los clubes de fútbol que también juegan al básket.
Su seña de identidad es la cantera, su gran capacidad para formar jugadores que llegan al primer equipo y que después de conseguir lo máximo son reclamados por conjuntos más poderosos. Es su estilo, una forma de sentir el baloncesto y cuyo mejor ejemplo es el título conseguido el domingo. Dos jugadores criados en casa tiraron del equipo, que siempre se completa con fichajes acertados. Rudy y Ricky son los últimos jugadores surgidos del «vivero» badalonés, pero la fábrica de talentos más productiva de la ACB ya tiene a punto nuevos productos para poner en el «mercado». Casi sin tiempo para que Rudy le ceda el peso del equipo a Ricky Rubio antes de irse a la NBA, ya hay un par de jovencitos descarados que piden paso.
Pau Ribas es el penúltimo que ha cubierto todos los pasos de su formación vestido de verde y negro. Desde abajo, ha llegado al primer equipo, para que la cuota de canteranos se mantenga a pesar de las inevitables fugas de talento con las que siempre ha tenido que convivir el club. Pere Tomás, un alero de 2 metros y 18 años, es el otro jovencito que acaba de llegar, pero del que se habla muy bien, y que ya está recibiendo el Máster en baloncesto que supone estar a las órdenes de un técnico como Aíto García Reneses. Se habla muy bien de su físico y de su explosividad en el juego ofensivo. Sus puntos débiles son sólo los habituales de un chico de su edad. Tanto él como Ribas son la continuación del trabajo de cantera, de una tradición que, además de estrellas, tam- bién produce títulos.
q Fiesta verdinegra. Badalona fue verdinegra en la tarde de ayer. El campeón de Copa fue recibido por la alcaldesa, Mayte Marqué, y después salió al balcón del ayuntamiento para ofrecer el título a sus aficionados, que abarrotaban la plaza de la Vila. Rudy Fernández fue el jugador más aclamado y los 2.000 seguidores le cantaron: «Rudy quédate». El base Demond Mallet se arrancó con un «Badalona te quiero» y otros, como el checo Popovic, se atrevieron con el clásico: «Bote, bote, culé el que no bote».
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