Valencia

ETA guardó armas en la sierra de Madrid para cometer asesinatos

ETA guardó armas en la sierra de Madrid para cometer asesinatos
ETA guardó armas en la sierra de Madrid para cometer asesinatoslarazon

madrid-El hallazgo, en el término municipal de Cercedilla (Madrid), de dos recipientes de plástico en los que ETA había escondido una pistola y material con el que se podían fabricar bombas-lapa, demuestra, según fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN, que la banda se había propuesto cometer asesinatos en la capital de España. En los últimos años, esta organización delictiva ha limitado su acción criminal en Madrid a la colocación de coches bombas y a un intento de secuestro. Huellas y ADN La Guardia Civil, que es la que se ha hecho cargo de la investigación, trata de determinar en qué fecha fueron escondidos los dos recipientes de plástico y qué terroristas, caso de que se encuentren huellas o rastros de ADN, participaron en lo que, en principio, parece una entrega de material fallida. Según la hipótesis con la que trabajan los citados expertos, etarras venidos del País Vasco o Francia escondieron, en un lugar previamente convenido, los materiales encontrados ayer para que otros terroristas, que actuaban o iban a actuar en Madrid, los recogieran. La zona en la que ha aparecido el escondite ha sido utilizada por la banda para preparar algunos de los últimos atentado. La furgoneta Peugeot Partner usada el pasado mes de febrero para atacar la sede de Ferrovial, en el Parque Ferial Juan Carlos I de la capital de España, fue robada en la localidad de Navalagamella, a unos 40 kilómetros de donde ahora han sido encontrados los materiales de la banda terrorista. La pistola, una Walther del calibre 7,65, con tres cargadores y un silenciador, el explosivo (nitrato amónico), cuatro detonadores y dos sistemas temporizadores para bombas lapa y pinzas de comprobación de circuitos eléctricos, fueron hallados por unos operarios de forma fortuita. Estaban realizando unas obras en la carretera que une El Escorial con Los Molinos, en el término municipal de Cercedilla. Al ser derribado un muro con una retro excavadora apareció el material. En uno de los recipientes se podía ver el anagrama de ETA. También había instrucciones para la fabricación de artefactos redactadas en euskera, así como una pala pequeña y un cubo de plástico. LA RAZÓN adelantó, en su edición del pasado 16 de febrero, que ETA disponía desde 2004 de un «zulo» a 50 kilómetros de Madrid para ocultar armas y explosivos. Había sido utilizado por Sara Majarenas y Mikel Orbegozo, detenidos en Valencia por la Policía Nacional, en febrero de 2005, cuando preparaban una campaña de atentados. Cita en Teruel La existencia del escondrijo se pudo conocer gracias a la declaración prestada ante la Policía Nacional por el etarra Carmelo Laucirica, detenido en marzo de 2005 en San Sebastián. Este individuo, que había colocado durante el año anterior artefactos explosivos en distintos puntos de España, tuvo una cita en Teruel con los otros dos pistoleros antes de huir a Francia.