Granada
Culpa o responsabilidad
Algo está cambiando cuando, por ejemplo, los chavales que antes corrían cuando se les llamaba la atención, ahora se vuelven y atacan con bates de béisbol. Irremediablemente relacionamos el «todo vale», la banalización del sexo y la falta de empeño y tiempo en educación, con las violaciones cometidas por menores. Hace poco leí con espanto que en Estados Unidos, desde la década de los años 60 hasta la de los 90, los crímenes violentos crecieron un 560%. También crecieron en un 400% los hijos ilegítimos, se cuadruplicaron los divorcios y cayó un 75% el promedio de rendimiento de alumnos de secundaria. Mientras que en 1940, los maestros tenían que luchar para que los alumnos no hablaran en clase y no desobedecieran, en 1990, la batalla en las aulas estaba motivada por conductas algo más temibles como el uso de drogas, los suicidios o las violaciones. Este inquietante salto generacional, nos resulta condenadamente familiar. Unos dicen que la culpa la tiene la televisión. Otros, que los culpables son los videojuegos crueles y sanguinarios. Lo cierto es que los héroes a imitar ya no desbordan amor ni luchan por hacer el bien con valentía y coraje, sino que ahora destruyen y matan para conseguir sus objetivos. Y con ese mensaje, se quedan muchos.También se culpa a los padres, que siendo tan generosos y permisivos, crean tiranos que no saben tolerar la frustración. Pero no queremos buscar culpables. Lo que queremos son personas con sentido común, que se hagan responsables de la educación de quienes traen a este mundo. Como apunta el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, los padres deben ejercer de padres, porque si son «colegas», dejarían huérfanos a sus hijos. ¿Y las leyes? Que no amparen a quien ha actuado mal, sino que hagan cumplir condenas ejemplares que eviten herir más almas inocentes. Las familias cuyo seno ha sufrido la violencia, producto de la falta de educación y de compasión de otros, menores o no, merecen justicia.
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