Cornelia Funke da el salto

Director: Iain Softley. Intérpretes: Brendan Fraser, Helen Mirren y Paul Bettany. Guión: D. Lindsay-Abaire a partir del libro de Cornelia Funke. Duración: 106 min. Alemania/GB/USA, 08. Fantástica. La escritora alemana Cornelia Funke concibió en el año 2004 «Corazón de tinta», la novela con la que inauguraba una trilogía de corte fantástica, y se hizo de oro. A qué extrañarse, entonces, de que en plena fiebre casi galáctica por las adaptaciones a la gran pantalla de venturosos «best-sellers» para un público menor de edad (el 15 de julio se estrena la nueva entrega de «Harry Potter», no les digo nada...), el director Iain Softley, autor de «Hackers: piratas informáticos», «K-Pax, el visitante» y «La llave del mal», o sea, nada del otro mundo, haya decidido ponerse al frente de su más ambicioso proyecto hasta la presente y coger el toro por los cuernos en esta costosa coproducción que protagonizan el «imán» de taquilla Brendan Fraser (quien, sin embargo, no se despeina en esta ocasión, estará esperando en la próxima «Momia») junto con Hellen Mirren y Paul Bettany, sin duda, el mejor del reparto, un actor que vive cada papel como si fuese el último, o quizá el primero. Aunque el texto original, más oscuro y complejo, fue convenientemente retocado para que fuera accesible a un mayor número de público, la película cuenta una hermosa historia de pasión arrebolada por la literatura, algo que suena hoy lastimosamente marciano: Mortimer Folchart y su hija de 12 años comparten un secreto, cuando leen en voz alta, ambos son capaces de darle vida y carne mortal a los personajes que habitan esos libros. Quienes, literalmente, les llueven del cielo con cara de no saber por dónde les sopla el aire. El asunto, sin embargo, no resulta tan sencillo, de manera que el filme pronto rebosa de villanos con muy malas pintas, oscuros sujetos que desean por todos los medios posibles hacer realidad sus planes malignos, unicornios, centauros y otros integrantes de una fabulosa fauna inventada por la imaginación de los escritores, mientras que la esposa de Mortimer desaparece de manera misteriosa. El protagonista, faltaría, decide encontrarla y, de paso, fastidiarle los planes a los pérfidos enemigos. Dirigida de manera un tanto plana por Softley, se trata de una película apta para toda la familia que pierde efectividad a medida que avanza su metraje y todo suena previsible. Entretenidas persecuciones, apañados efectos especiales (con todo, no se trata de una cinta que tire demasiado del asunto digital, tampoco le hace falta) para una entretenida película que, sin embargo, tampoco hará correr ríos de tinta.