España
Otra noche de oro del Barcelona (0-4)
Golea al Deportivo y no nota las ausencias de Xavi, Busquets y Alves, a los que Guardiola reservó
Un gesto para definir un estado de ánimo, un sentimiento: la impotencia. El balón volaba bien tocado y Aranzubía, el portero del Dépor, subió la mano y la bajó antes de que la pelota entrara en la portería cerca de la escuadra, antes de encajar el gol. Fue una rendición antes de tiempo, aunque allí era imposible llegar. «¡Anda ya!», «es imposible», «vete por ahí», pueden ser algunas de las traducciones de ese gesto. Al otro lado, en el comienzo de la jugada, en el lanzamiento de la falta, estaba Leo Messi. Algunos aseguran que Leo ya está a la altura de Maradona, pero que el «Pelusa» todavía tiene ventaja en los tiros a balón parado. El tanto de ayer es una manera de comenzar a recortar esa distancia.
Y eso que tampoco estaba siendo el mejor partido del «10» azulgrana. Durante mucho tiempo todo fue bien para el Dépor. Messi estaba preocupado por un dolor en la muñeca derecha y, sobre todo, porque cuando tenía la pelota siempre le rodeaban varios rivales. El equipo de Miguel Ángel Lotina parecía unido por una cuerda. Se movía de forma orquestada, todos a la vez, a un lado y a otro y siempre llegaban las ayudas para que los rivales no encararan un uno contra uno. Era casi la perfección. Casi, insuficiente.
Messi encuentra soluciones para todo y aunque pierda muchos balones sabes que al menos uno va a convertirlo en oro. El saque de falta fue el colofón. Antes, en la primera parte, había llegado la primera joya. Villa se desmarcó y Leo dio el pase ideal: por el único hueco que había y con la fuerza necesaria para dejar atrás a los defensas y al compañero con el balón en sus pies. El remate del «Guaje» superó a Aranzubía con suspense. El portero pudo hacer más y de ahí su enfado posterior. Así de «sencillo» se acababa con la gran labor defensiva de un equipo. Defensiva porque el conjunto gallego se esmeró en parar al rival y sólo se le puede echar en cara que no atacara un poco más. Aún así, Adrián falló un remate por pensar que estaba en fuera de juego. No lo estaba.
La primera mitad terminó empatada a oportunidades claras, pero no en el marcador. Ayer no era el día para arrasar, era el día de ser paciente, aunque desde la paciencia también llegó la goleada. Porque la posesión tiene un solo dueño. Nadie es capaz de quitarle la pelota al conjunto de Guardiola. Es justicia poética porque nadie la trata mejor. El técnico decidió hacer rotaciones. El duro partido de Copa contra el Athletic dejó a Xavi, Busquets y Alves en el banquillo. Pep tiene los efectivos justos y quiere que todos lleguen en las mejores condiciones a los últimos meses de competición, en los que suelen decidirse los títulos. Y eso se trabaja desde ya. Tampoco fue demasiado problema la ausencia de Xavi, uno de los tres aspirantes a ganar mañana el Balón de Oro. Los otros dos estaban en el campo y dejaron su sello. Messi con el pase de gol y el toque «maradoniano» de falta. Iniesta con todo en general. Posiblemente es el futbolista más estético. Parece tan fácil hacer lo que hace él. Que tiene que girarse para esquivar a un rival y el compañero se le queda en la espalda, pues se la da de tacón. Sin Xavi, Iniesta apareció más veces. Es una persona tímida, pero ya es consciente de la importancia que tiene y asume la responsabilidad sin temor. Si a todo eso le sumas el trabajo de Villa, Pedro, Keita y Mascherano y la voracidad del grupo para recuperar la pelota en cuanto la pierden, el resultado es un equipo casi insuperable.
El partido se jugó en una sola dirección, como si Riazor estuviera inclinado. El problema es que en la primera parte pareía que la cuesta abajo estaba en un sentido y en otra en la segunda. Siempre hacia el lado que atacaba el Barça. Sólo a la vuelta del descanso se planteó el Dépor tener un poco la pelota. Fue un espejismo porque el guión estaba escrito. El problema del planteamiento de los gallegos es que con el resultado en contra y contra el Barça te puedes aburrir viendo cómo se pasan el balón sin apenas errores. La entrada de Valerón fue con muchos minutos, pero sin partido. La idea de Lotina era que la magia del canario, su último pase, apareciera en los instantes finales, con el partido roto, con 0-0. Pero iban 0-2 y en ese momento hay un dilema: si buscas a la desesperada al Barça corres el riesgo de sufrir una goleada de escándalo. El Dépor optó más por resguardarse y que todo pasara rápido, pero eso tampoco asegura nada. Los recursos del Barcelona parecen infinitos. Iniesta marcó con la zurda desde fuera del área, algo impensable hace unos años. Y Pedro, el futbolista más determinante los días que Messi no ha marcado, no quiso quedarse sin su gol, al culminar una contra.
La noche fue inmejorable para Guardiola. No tuvo que recurrir a Xavi, como otras veces cuando le deja en el banquillo al principio. Venció y lleva nueve de nueve como visitante. Afellay tuvo sus primeros minutos en Liga. Y mantiene el liderato y presiona al Real Madrid, que está obligado a ganar hoy al Villarreal.
Iniesta tuvo sus minutos de descanso y se llevó la ovación de Riazor. Otra más.
Goles de Balón de oro en Riazor
Un homenaje a Luis Suárez, el único Balón de Oro nacido en España, sirvió de prólogo al encuentro. Suárez, ex jugador de los dos equipos, disfruta sus últimos días como excepción en España. Iniesta o Xavi serán mañana premiados por «France Football» y la FIFA como mejor jugador del año. Xavi no jugó. Iniesta marcó. Y Messi, el tercero, también. Para celebrarlo.
- Ficha técnica:
0 - Deportivo de La Coruña: Aranzubia; Laure, Colotto, Lopo, Manuel Pablo; Rubén Pérez, Antonio Tomás; Saúl (Valerón; min.55), Juan Domínguez (Pablo Alvarez; min.79), Desmarets (Rindaroy; min.70); y Adrián.
4 - Barcelona: Valdés; Adriano, Pique, Puyol, Abidal; Mascherano, Iniesta (Thiago; min.82), Keita; Pedro (Afellay; min.82), Messi y Villa (Bojan; min.70).
Goles: 0-1; min.26, Villa. 0-2; min.51, Messi. 0-3; min.80, Iniesta. 0-4; min.81, Pedro.
Arbitro: Delgado Ferreiro, del colegio vasco. Mostró tarjeta amarilla a Rubén Pérez (min.50), por parte del Deportivo.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimoctava jornada del campeonato nacional de Liga, disputado en el estadio de Riazor ante más de 34.000 personas, casi lleno. Luis Suárez, que conquistó el Balón de Oro hace cincuenta años, realizó el saque de honor.
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