El visto para sentencia espera al juicio por el secuestro del «Alakrana»

La presidenta del tribunal, la juez Ángela Murillo, citó el pasado martes al armador Kepa Etxebarría, después de que el fiscal, las acusaciones particulares de cuatro marineros y la defensa de los dos presuntos piratas Cabdullahi Cabduwily, alias 'Abdu Willy', y Raageggesey Hassan Aji, no renunciaran a su declaración.

El armador no asistió a las sesiones celebradas la semana anterior, argumentando que se encontraba navegando en aguas de Madagascar y que se encontraba "hundido psicológicamente". La Sala pretende así dejar visto para sentencia el juicio con este testimonio y los informes finales de las partes.

En el banquillo de los acusados se sentarán los dos presuntos piratas Cabdullahi Cabduwily, alias 'Abdu Willy', y Raageggesey Hassan Aji, que se enfrentan a sendas penas de 220 años de cárcel por 36 delitos de detención ilegal -seis años por cada uno de los marineros- y robo con violencia y uso de armas, que está tipificado con cuatro años más. Las acusaciones particulares acusan además a los presuntos asaltantes de un delito de asociación ilícita.

Desde finales de enero
La vista del 'Alakrana' arrancó a finales de enero con la declaración de varios marineros que sufrieron el cautiverio y se prolongó hasta la semana pasada con la declaración de varios marineros que reconocieron a los acusados como parte del grupo de secuestradores y la comparecencia de varios peritos de la Policía Nacional que desvincularon a los asaltantes de la red terrorista Al Qaeda.

El juez instructor Santiago Pedraz ya interrogó hace año y medio al armador del 'Alakrana' para tratar de averiguar si la puesta en libertad de los 36 marineros que se encontraban a bordo se produjo después del pago de un rescate.

En su declaración, Etxebarría, administrador único de la empresa Echebastar Fleet, expuso que los piratas causaron a su empresa daños por importe de medio millón de euros, a lo que hay que sumar las pérdidas por el volumen de negocio que el atunero dejó de ingresar al ver interrumpida su labor de faena durante el tiempo que duró el cautiverio.