Castilla-La Mancha
Exceso de equipaje por José Luis Alvite
Acerca de que los diputados de Castilla-La Mancha se vean privados de su salario, quiero suponer que la ocurrencia de María Dolores de Cospedal fue producto de una mala digestión y no creer que ha sido capaz de semejante estupidez. Que los señores parlamentarios vivan de su trabajo particular va a significar que sólo se dediquen a la política quienes dispongan de un respaldo económico personal y que no podrán optar a un escaño quienes por culpa de dedicarse a ella deban desatender el trabajo ordinario que constituye su única fuente de ingresos. Es decir, sólo podrán ejercer la política los rentistas, los ricos, los privilegiados, reservándosele al pueblo llano al derecho casi canino a elegir a sus representantes entre una casta aristocrática, lo que supone una evidente perversión del más elemental espíritu democrático. ¿Es para eso para lo que sirve el pueblo llano? ¿Para consagrar con su voto los privilegios de un exclusivo casino de divinidades de las rentas y de las finanzas, de un club de adinerados que se podrán permitir el lujo de decidir el futuro de un país en el que los ciudadanos corrientes sólo serán importantes para pagar impuestos, nutrir las procesiones e infestar las playas con el tizón de sus barbacoas? Creo que si mantiene su idea, la señora De Cospedal habrá de elegir entre que los ciudadanos la consideren soberbia, arrogante o sencillamente torpe, dando por descontado que, a pesar de su facilidad para el pluriempleo, no sea capaz de incurrir en las tres cosas a la vez. A no ser que al descargarse de su propia responsabilidad se reconozca divulgadora de un plan de la derecha para convertir la política española en una generosa lotería en la que ellos, los ricos, cobran los premios, y los otros sólo pueden disputarse el dudoso honor de hacer girar el bombo. ¿Será que en casos como el suyo el sentido común solo es exceso de equipaje?
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