Cataluña
y Rubalcaba se juega el liderazgo
Su débil liderato depende de si Feijóo mantiene o no la Xunta. El PSOE aguarda este resultado para abrir la caja de Pandora
MADRID- Habrá lectura, nacional sí o sí, tanto para el PP como para el PSOE. Del resultado que arrojen mañana las urnas en Galicia y País Vasco saldrán todo tipo de lecturas políticas que trascenderán la arena autonómica. Y esto pese a que en la casa federal del socialismo lo niegan y sostienen que el veredicto no computará en la hoja de servicios de Alfredo Pérez Rubalcaba porque no es él quien se presenta a ninguno de los dos comicios. Cierto, pero tampoco se presentaba a las andaluzas ni a las asturianas y que el PSOE-A mantuviera, pese a perder las elecciones, el Gobierno de la Junta de Andalucía y que Javier Fernández llegara al Principado, le sirvió de balón de oxígeno para calmar las siempre turbulentas aguas del socialismo.
Así que, no lo duden, si Alberto Núñez Feijoó no logra revalidar la mayoría absoluta, la dirección federal ganará tiempo y acallara a los críticos. Si por el contrario, el PP mantiene la Xunta, a Alfredo Pérez Rubalcaba se le reservan no pocos titulares de Prensa y muchos más análisis internos sobre su estrategia de oposición y sobre su liderazgo.
El secretario general del PSOE se juega, pues, mucho. Y a juzgar por las encuestas no parece que el viento sople a su favor, porque pese a la fuerte caída que los sondeos otorgan al PP a nivel nacional, los socialistas no sólo no suben ni una décima en intención de voto, sino que siguen perdiendo apoyos en beneficio, sobre todo, de IU.
Respecto a Galicia, la demoscopia respecto al PP es variada, pero en lo que se refiere al PSOE no hay duda: los resultados serían peores que hace cuatro años. El PSdeG perdería entre uno y dos diputados de los 25 que obtuvo en 2009. Aun así si el PSOE sumará con los nacionalistas de izquierdas y logrará gobernar, el tanto se lo apuntaría Rubalcaba. Y en Ferraz hablarían sin duda del comienzo de la recuperación de sus siglas. Si el escenario fuera adverso, los socialistas abrirán más pronto que tarde la caja de Pandora dispuestos a escribir el final de la historia política de Rubalcaba. Porque ya hay quien aguarda a certificar con los resultados gallegos el fracaso de la oposición dictada desde Ferraz.
Los barones esperan impacientes al veredicto de mañana para poner negro sobre blanco los errores de la dirección federal que, a su juicio, no tienen sólo que ver con si el discurso político es duro o blando –como se suele a menudo banalizar–, sino también con la falta de solidez en el equipo que rodea al secretario general y con la ausencia de respuestas ante los grandes desafíos que afronta España. En este sentido, no son pocos los líderes territoriales que han cuestionado la improvisación de la Ejecutiva a la deriva soberanista de Cataluña y, sobre todo, el seguidismo que el PSOE ha hecho del PSC en este asunto.
Bien es cierto que en el último Comité Federal que celebraron los socialistas, la mayoría de sus miembros se mostró de acuerdo en la estrategia de que el PSC buscara un espacio propio entre el independentismo de CiU y la recentralización del PP. Pero esto es una cosa y otra que días después Rubalcaba se descolgara sin previo aviso con una propuesta de reforma constitucional que no fue debatida en los órganos del partido.
La fatiga con la que Artur Mas definió las relaciones mutuas entre Cataluña y España es exportable a la cohabitación entre PSC y PSOE. Y esto es algo que preocupa, y mucho, en todas las federaciones socialistas. Pero más allá de esto y de la necesaria regeneración del discurso político-ideológico, el verdadero debate que se libra ya en todos los círculos socialistas es el de la idoneidad de Rubalcaba como jefe de filas. Y de esto se hablará mucho en los próximos días. Los gallegos, seguro, que desconocen el alcance que tendrá su voto en el horizonte medio del PSOE.
De las tareas del hogar a la recogida de CASTAÑAS
Paseos, reuniones con familiares y amigos, y descanso. Mucho descanso. Así ha vivido la mayoría de candidatos la jornada de reflexión. En el País Vasco, el popular Antonio Basagoiti dio una vuelta en moto por la costa de Vizcaya para, después, pasar la jornada con su esposa y sus dos hijos, mientras que el socialista Patxi López, quien también descansó con su mujer, tenía previsto ir al cine. Iñigo Urkullu, del PNV, paseó sus perros con su familia en Durango y la candidata abertzale dedicó el día a tareas del hogar y a salir con sus amigos.En Galicia, Alberto Núñez Feijóo (PP) aprovechó para hacer deporte y el socialista Pachi Vázquez pasó el día con sus nietos y amigos. Francisco Jorquera, del BNG, por su parte, paso el día con su mujer e hijos y el líder de Alternativa Gallega, Xosé Manuel Beiras, pasó la mañana recogiendo castañas.
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