Mercedes Gómez-Pablos: «Seré eternamente insensata y joven»

–Expone sus cuadros madrileños en homenaje a Mingote. Dígame algo de Antonio que no sepa nadie...
–Le quise regalar un cuadro porque había escrito la presentación de una de mis exposiciones. Le enseñé muchos y grandes. Se llevó el más pequeño.
–Mingote dijo en esa presentación que no debían escribirse presentaciones de pintores...
–Sí, decía que la pintura se presenta por sí sola. Pero hace falta presentación: se cree más en la palabra que en los colores.
–Lo que escriben los expertos suele ser oscuro. ¿Usted ha entendido todo lo que han escrito sobre usted?
–No, pero han dicho cosas maravillosas y me las he creído. Eso es grave.
–Vive entre Madrid y París: se libra de un montón de manifestaciones...
–Lo malo de los cabreados es que cabrean a mucha gente como ellos, a otros trabajadores.
–¿No le tienta pintar una gran manifestación? Tienen mucho colorido...
–Nunca pintaré una manifestación. Veo hormigas que siguen consignas.
–Hablando de hormigas, usted cree que el afán de originalidad mata...
–Hay artistas muy buenos malogrados por ese afán, aunque ganen mucho dinero por el marketing. Nunca he buscado la originalidad, sólo transmitir algo.
–¿De qué color es el dinero negro?
–Debería ser negro, pero no se sabe: no recibe luz, luego no tiene color.
–Expone varias meninas azules. ¿También le retrataría azul a Urdangarín?
–No le retrataría de ninguna manera. Me gusta más pintar mujeres que hombres. Veo más belleza en la mujer.
–Me dice que nunca será mayor ni sensata. ¿Qué será?
–Eternamente insensata y joven. Alegre siempre. Lucho contra la tristeza, es muy negativa.
–Según Lauder, cuando se dispara la venta de pintalabios rojo se acerca una crisis...
–Nunca me he pintado la cara.
–Claro, como no la puede exponer...