Barcelona
El día más largo de Villa
Por la mañana declaró en un juicio en Avilés y, por la noche, fue titular con el Barcelona ante el Valencia
En cualquier manual sobre cómo debe preparar un partido un futbolista profesional, lo que hizo ayer David Villa no aparece por ningún lado. El asturiano comenzó la jornada en Avilés, declarando en un juicio, y la concluyó en Valencia, como integrante del once titular que presentó Guardiola en Mestalla. Seguro que, de madrugada, cuando aterrizó en Barcelona, agradeció meterse en la cama, dormir y olvidarse de una jornada de lo menos agradable. Ni en la vista, ni en el campo, lo pasó bien el «Guaje».
Ante la imposibilidad de cambiar la fecha del juicio, Villa se vio obligado a comparecer en los juzgados de Avilés a las diez de la mañana. Su ex agente, José Luis Tamargo, le reclama seis millones de euros en concepto de comisión por su traspaso al Barcelona. Tamargo arguye que el acuerdo se fraguó en 2009, con él de intermediario, y reclama su porción del pastel.
Durante la vista, hubo momentos tensos, con las emociones a flor de piel, y Villa no lo pasó bien. El asturiano, que la noche anterior se fue a cenar con Laporta, uno de sus testigos, contó también con los testimonios de Txiki Begiristain, ex director deportivo del Barça, y de Raül Sanllehí, director de fútbol azulgrana, que coincidieron en descartar a Tamargo como intermediario del acuerdo. Lo mismo testificaron Manuel Llorente y Fernando Gómez, presidente y vicepresidente del Valencia.
Villa estuvo una media hora en el juzgado y luego partió rápidamente al aeropuerto, donde le esperaba un aerotaxi fletado especialmente por el Barcelona para trasladarlo a Valencia. Por un día, la política de austeridad del club quedó aparcada. La razón era de peso. El «Guaje» llegó a tiempo para comer junto a sus compañeros en el hotel de concentración. Intentó hacer una siesta y luego asistió a la charla táctica de Guardiola.
Regreso a Mestalla
Villa no pudo olvidar el mal trago que pasó durante el juicio con goles ante el Valencia. El delantero asturiano regresaba por primera vez a Mestalla tras abandonar el club del Turia en junio y cumplir su sueño de jugar en el Barça. La afición «ché» le recibió con bastante indiferencia. Ninguna pancarta de recuerdo. Tímidos silbidos se escucharon cuando se cantó su nombre por megafonía. Pero nada destacable. Villa no pudo marcar y tuvo incluso una pequeña discusión con Messi tras un desmarque fallido. Nada grave. El asturiano celebró luego como el que más el tanto de la «Pulga» y el triunfo final. Son ya 20 jornadas invictos a domicilio. Un nuevo récord.
Otro de los protagonistas del choque fue el propio Pep Guardiola. Ausente del entrenamiento del martes por una lumbalgia, el de Santpedor recibió los cuidados del doctor Ricard Pruna durante todo el día con el objetivo de que pudiera estar en Mestalla. El técnico se levantó con menos molestias y finalmente pudo subirse al avión. Eso sí, sus gestos de dolor eran visibles y constantes. A la hora de bajar escaleras, su sufrimiento era patente. Durante el choque, sentado en el banquillo, los dolores se reprodujeron y no pudo ni levantarse a celebrar el gol de Messi. La procesión fue por dentro.