Felipe González, el sabio, nunca fue partidario de las elecciones primarias en su partido. Prefiere el sistema del PP de elección de candidatos en congresos, pese al riesgo de que éstos sean manipulados. Algunos socialistas alardean de democracia interna, ocultando que en la mayoría de las autonomías y municipios funciona el dedazo mexicano del PRI o del mismo Zapatero. Las primarias de Madrid son las que más pueden agradar a Esperanza Aguirre, porque Tomás Gómez y la ubicua «chica para todo», Trinidad Giménez, se están dando una tumba y abriendo brechas entre el partido federal y regional. La sombra del pucherazo ronda a la dama que suma sus avales como Lope en sus versos: «En horas 24 pasaron de las musas al teatro». Para puchero es el que le han dado a Antoni Asunción en el PSV frente al candidato del aparato Alarte. Al ex ministro le han anulado acreditaciones. ¡Caray con las primarias! A mi compañero alemán del «Frankfurte» le ofrezco otra versión de éste país de novela: Belén Esteban acabará de alcadesa de Benidorm.