Nueva York
Alpargatas sin fronteras
Lona y esparto. Es la sencilla combinación de este calzado tradicional en nuestro país cuya comodidad ha conquistado a la realeza de todo el planeta y seducido a las actrices más selectas de Hollywood
Es el otro gran éxito veraniego por excelencia. Después de la «canción del verano», ésa que suena hasta la saciedad en cualquier rincón del país, las alpargatas, calzado rústico y tradicional identificado sobre todo con los campesinos de Cataluña y el País Vasco, representan la esencia del relax estival español en toda regla. Y cada año, más.
De hecho, una de las estampas veraniegas más deseadas y recordadas cada mes de agosto es la de la Princesa de Asturias con sus alpargatas en Palma de Mallorca. A ella se debe, en gran medida, el enorme éxito –casi un renacimiento– y el rápido proceso de democratización que este calzado tradicional ha alcanzado en los últimos años. Incluso ha roto fronteras y ha conquistado a las actrices más elegantes de Hollywood, que ya las han incluido en su fondo de armario.
Es cierto que gracias a Doña Sofía y a sus hijas se ha convertido en una pieza clave para muchas mujeres de clase alta y aristocracia. Pero el apoyo que Doña Letizia le ha mostrado desde su matrimonio con el Don Felipe ha conseguido que este calzado se convierta en un imprescindible «fashion». Y al mismo tiempo, el perfil de la compradora de alpargatas de hilado de fribras naturales se ha rejuvenecido. Ya saben: nadie como la Princesa de Asturias marca estilo en Mallorca.
Originarias de las zonas rurales próximas a los Pirineos –existen otras versiones mucho más rústicas, como las «esparteñas» de la zona del Levante– y con precedentes en el Egipto de los faraones, las firmas de lujo más importantes del mundo de la moda como Louis Vuitton, Chanel, Stella McCartney, Hermès, Giorgio Armani y Christian Louboutin se han dejado seducir por estas piezas que en su formato más básico se componen de una suela de esparto y lona fuerte.
Fue Yves Saint Laurent uno de los primeros en crear las alpargatas con tacón. El modisto francés se las encargó a la familia Castañer tras conocer a varios de sus miembros en el París de finales de los 60. «Llevamos muchos años renovándonos y siguiendo las tendencias», nos explica Isabel Castañer, responsable de diseño de la célebre firma de alpargatas catalana fundada en 1927, pero cuyo origen como pequeño taller de alpargatería se remonta a 1776 .
A la batalla
Tan unida está esta marca familiar a la historia de nuestro país que en la Guerra Civil fue suministradora del calzado de los soldados en el frente, pues la empresa fue nacionalizada durante la contienda por considerarse de «interés militar». La mayor parte de los soldados de la guerra española calzaban alpargatas, lo único barato y de fácil fabricación en medio de la escasez de recursos. «Fuimos los primeros en reinventar la alpargatas de los campesino, y las cuñas fueron una de nuestras grandes apuestas hace más de 35 años», añade. Por eso son un pieza fundamental en todas y cada una de sus colecciones, incluidas las de invierno, donde incluso han incorporado un original y elegante diseño de botas de ante con cuña de esparto.
Para las más clásicas, permanece el modelo de media cuña y cintas al tobillo, un diseño que podría considerarse antiestético si tenemos en cuenta que acorta notablemente la línea de la pierna.
Aptas a cualquier hora
«Es un zapato muy versátil, con infinitas posibilidades de combinación y aptas para calzar a cualquier hora del día», comenta Stuart Weitzman, el diseñador americano conocido como uno de los «zapateros de las estrellas» y cuyo célebre one-million shoe (zapato de un millón de dólares), creado con varios centenares de diamantes, luce una única y afortunada actriz en cada edición de los Oscar.
Además, la mayor parte del calzado de Stuart Weitzman es de fabricación «made in Spain», y es uno de los artífices de que las «celebrities» de EE.UU. se hayan rendido a los pies de esta propuesta con sabor español, aunque ahora con nuevos y sofisticados diseños en los que, en algunos casos, la herencia de las clásicas alpargatas apenas se aprecia en finísimas suelas de esparto o tacones forrados de rafia.
Si en su momento fueron iconos del «glamour» como Lauren Bacall y Greta Garbo quienes las exhibían en sus momentos de relax, y también en sus películas –en la década de los años 40 Bacall las lució en el mítico filme «Cayo Largo», dirigido por John Houston en 1948 y coprotagonizado por Humphrey Bogart–. Más tarde, allá por los 80, fueron sex symbols masculinos como Don Johnson los que se hicieron incondicionales. De hecho, fueron su calzado de referencia en la exitosa serie «Miami Vice».
Ahora las calzan los principales referentes del estilo en todo el planeta, sin diferencia de género. Véase sino a Andrea y Pierre Casiraghi las llevan a menudo, incluso combinadas con trajes, en algunas de las selectas fiestas que frecuentan. Por no hablar de la firma Scalpers, de la que Rafael Medina, hijo de Nati Abascal, es socio, y que también las incluye entre sus colecciones al precio de 80 euros. De esta marca lucen alpargatas famosos con estilo como Fonsi Nieto, Israel Bayón y Álvaro Muñoz Escassi.
En su versión unisex –esto es, planas y con alguna nota de color– son un hit en las zapaterías más «cool» de capitales como Londres, París y Nueva York, donde decenas de firmas «made in China» las ofrecen a precios para todos los bolsillos. ¿Más pruebas de su éxito internacional? La firma americana de calzado «low cost» Nine West incluye suelas de esparto sintético en algunos de sus diseños con tacón más sofisticados, y la británica Top Shop, con la que Kate Moss colabora desde hace varias temporadas, las ofrece en su versión más básica en su colección de este verano.
Adictas al modelo Alex
En cuanto a las herederas femeninas de esos iconos de glamour de los años 40, algunas de ellas se encuentran actrices como Penélope Cruz, Megan Fox, Eva Longoria, Eva Mendes y Jennifer Aniston. La española las lleva a menudo en sus viajes en avión, pues son cómodas y le hacen ganar esa dosis de altura que tanto echa de menos. Sobre las dos últimas, cabe destacar que son incondicionales del modelo Alex, un diseño en rafia trenzada de color natural y creado por Stuart Weitzman hace ya un par de temporadas y convertido en uno de sus diseños estrella. ¿El secreto de su éxito? «Son perfectas para el verano, cómodas y muy chic», asegura el zapatero, que subraya que «su tono neutro se adapta a cualquier ‘‘look'', con vestido largo o corto, y realzando siempre la longitud de las piernas».
Pero Isabel Castañer va más allá en la enumeración de los «beneficios» de este práctico calzado. «Son un clásico del verano. Podríamos decir que son casi imprescindibles, un básico en todo armario femenino, y que encajan en todos los estilos y horas del día». Y aunque sobre el gusto de las mujeres de la Familia Real española por los diseños de su firma sólo reconoce que «en Castañer estamos encantados», afirma que «también hay muchas mujeres anónimas que las lucen con muchísimo estilo y ‘‘glamour''». Y concluye. «Siempre me gustó ver a Jackie Kennedy con alpargatas». Quizá esperaba, por ello, haber visto a Michelle Obama luciéndolas en su reciente visita a España. Pero no ha sido posible. Otra vez será. En la moda todo vuelve; puede que Michelle también.
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