Congreso Extraordinario del PSOE
Y si se queda
No es por llevar la contraria, de verdad, pero yo lo de Zapatero no me lo termino de creer: la casa de León sin empezar siquiera por el tejado, Bono de confidente... no sé, pero huele a chamusquina. Si se tratara de cualquier otro líder medianamente serio, no cabría la menor duda, pero no hay que olvidar que hablamos de Zapatero, el hombre capaz de decir una cosa y la contraria con el mismo convencimiento; además es bien sabido que el presi es hombre de impulso fácil y palabra hueca que disfruta, como dicen que hacía William Golding, enfrentando a sus pupilos para observar su comportamiento con la minuciosidad de un genetista. Cualquier otro apechugaría con su anuncio hasta el final, pero de Zapatero más vale no fiarse. En mayo es capaz de cambiar de opinión y presentarse a las primarias. Si el zurriagazo que se da el PSOE es el que vaticinan las encuestas –y sinceramente, no entiendo por qué los votantes se van a lanzar ahora en masa a votar a los candidatos socialistas–, podrá decir sin sonrojo alguno que es el único que ha salido indemne, y encima tendrá razón. Sé que con este vaticinio lo más que puedo conseguir es que los finos analistas políticos –que los hay muchos y muy buenos– comiencen desde ya a recoger firmas para pedirle al director de este periódico que me eche a patadas por botarate y por andar pronosticando imponderables, pero qué quieren que les diga: si Zapatero no recapacita y pasa a la reserva, tendré que pagar un montón de comidas, fruto de mi falta de perspicacia a la hora de apostar por su continuidad, y la cosa, con anuncio o sin él, no está para bromas.
Además, del vallisoletano de León se puede esperar cualquier cosa, ¿no?
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