«Airbender El último guerrero»: Misticismo para principiantes

Dirección y guión: M. Night Shyamalan. Intérpretes: Noah Ringer, Dev Patel, Nicola Peltz, Jackson Rathbone. Duración: 103 minutos. EE UU, 2010. Aventuras.


¿Qué le ha interesado a Shyamalan de este pseudoanime emitido por el canal Nicklelodeon? Desde «El protegido» sabíamos que el nuevo «wonder boy» de Hollywood se consideraba un místico incomprendido. Luego, en «La joven del agua», nos enteramos de que era un visionario que odiaba a los críticos. Más tarde, en «El incidente», comprendimos que era un ecologista frustrado, fascinado por la fuerza de los elementos. En este lamentable, espantoso «Airbender», se identifica con su protagonista, un niño con pinta de mini Dalai Lama que quiere aprender a armonizar los ritmos de un mundo en guerra. Difícil no distinguir el ego de Shyamalan proyectado en el espíritu de este niño prodigio cuando controla los movimientos del aire y del agua, arquitecto etéreo de la puesta en escena del universo. Hablando de puesta en escena: por muy discutibles que encontráramos los guiones de Shyamalan, era evidente su talento para la planificación y el encuadre. Todo eso ha desaparecido: tediosa hasta decir basta se parece más a «La historia interminable» que a «El señor de los anillos», incapaz de convertir unos cuantos bailes de capoeira y ejercicios de tai-chi en la epopeya de dimensiones épicas que a Shyamalan le habría gustado dirigir y, posiblemente, protagonizar.