Macao
Hong Kong: «El materialismo lo invade todo»
El colegio Nuestra Señora del Recuerdo de Madrid, perteneciente a la compañia de Jesús, acoge a 3.000 jovenes peregrinos de más de cincuenta nacionalidades venidos a participar en la JMJ. Entre este numeroso grupo de peregrinos se encuentran 32 hongkoneses que han viajado durante casi veinte horas de avión para estar con el Papa en Madrid.
Winnie U es una de las jóvenes hongkonesas que no ha querido perderse este gran acontecimiento. «Los cristianos debemos estar más en todo el mundo, vivir la fe fuera y amarnos unos a otros, y que el resto mientras tenga como principal interés su felicidad y estar bien con ellos», comenta a LA RAZÓN.
Para esta joven llegada desde Hong Kong, una de las regiones donde el materialismo comunista chino más ha triunfado, hablar de Jesucristo a los jóvenes es realmente complicado. « Nosotros intentamos dar a conocer a Dios a nuestros compañeros, pero es muy complicado, sobre todo en las universidades, donde no hay silencio, se hacen actividades constantemente, siempre se está ocupado», relata.
Hong Kong, una ex colonia británica, es actualmente una Región Administrativa de la República Popular de China donde viven 7 millones de personas. En este motor económico de la China más capitalista conviven taoístas, budistas y confucionistas con una minoría cristiana de 350.000 creyentes.
A pesar de todo, los católicos no pasan desapercibidos. «Soy la única católica de mi familia y conocí la Iglesia porque estudiaba en un colegio religioso. Mis padres me respetan, pero no se interesan por mis creencias», comenta Winnie, y añade que «los hongkoneses no suelen oír hablar de Jesucristo y lo único que saben es que hay colegios y hospitales de la Iglesia; se dan cuenta de que allí ayudan a los pobres y hacen cosas buenas».
Vecinos suyos son los habitantes de Macao, otra ex colonia, en este caso portuguesa, y que estará también representada en la JMJ de Madrid con el Papa.
Teresa Cheong nació allí hace 26 años y está en Madrid junto al grupo de hongkoneses en el que viene Winnie. «En Macao hay un gran crecimiento económico, el materialismo lo invade todo» y «es muy difícil expandir el mensaje de Jesucristo», comenta.
Para esta joven, el carácter de los chinos influye a la hora de evangelizar. «No solemos hablar de Cristo sin venir a cuento, pero cuando amamos a los demás y trabajamos por los pobres, la gente lo ve y nos pregunta si lo hacemos porque somos cristianos», afirma.
Macao, al igual que Hong Kong, es una región administrativa de China con un régimen especial. En la península del Mar de la China, donde se sitúa Macao, viven 500.000 personas, de las que 18.000 son católicos. «En China hay mucha gente que tiene una religión tradicional, donde lo primero es trabajar para la familia. Para los cristianos esto está bien, pero nuestra familia es más grande» comenta Teresa, y añade que «la JMJ es un evento al que un católico debería ir al menos una vez en la vida».
¿Por qué?
Hong Kong es de los pocos lugares de China donde el creyente vive seguro. Con cerca de 350.000 católicos es la puerta de China por donde entran las ideas más innovadoras de occidente y quién sabe si el cristianismo en la China poscomunista.
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