Toros
Francisco Ruiz Miguel: «Su toreo fue puro sin concesiones a la galería pero era mejor compañero»
Escribir unas líneas sobre la pérdida de un compañero siempre es doloroso, pero si además era mejor compañero, duele mucho más. Trabamos una buena amistad por nuestra relación común, con otro grande del toreo: Rafael Ortega. Él nos unió. Y de ahí, nació una enorme amistad. Recuerdo aún como si fuera ayer una tarde en Madrid en la que buscaba a una persona para brindarle uno de mis toros de Alonso Moreno, pero no la encontraba por más que lo buscaba. De pronto, miré al callejón y vi al maestro Chenel. Pensé: «¡Qué demonios! ¿A quién le podría brindar mejor un toro que a él?». Y le entregué mi montera. Le corté las dos orejas a ese toro y una más al otro. Su toreo era puro, sin concesiones a la galería. Uno de los mejores muleteros y sensacional capotero. Además, curiosidades de la vida, ambos hemos seguido el mismo camino. Ambos, tras colgar el traje de luces, nos aferramos al mundo que tanto amamos.
Francisco Ruiz Miguel
Matador de toros
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