Sevilla

«Granada debe hacer despertar a Andalucía oriental»

«La junta está haciendo el metro como si estuviera en medio del campo, Sin respeto al tráfico, a los ciudadanos ni a los comerciantes» 

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Teniendo en cuenta la situación financiera de los ayuntamientos, ¿qué pasará después de las elecciones municipales? ¿se tendrán que poner de acuerdo PP y PSOE?
–Tiene que haber un acuerdo institucional de todos los partidos porque hay un problema estructural importante. Tenemos más de un 30 por ciento de competencias indebidas, que nos las han ido soltando sin ningún tipo de financiación ni ayuda. Los vecinos no entienden de competencias, sino que llaman a la puerta del ayuntamiento para exigir los servicios. También tiene que haber una participación mayor en los ingresos del Estado.

–¿Se inflaron demasiado las plantillas en época de bonanza?

–El Ayuntamiento de Granada tiene una plantilla bastante razonable. Quizás tengamos más policías que otras ciudades. Es la que más agentes tiene por cada mil habitantes. Esto es porque tenemos un área metropolitana muy potente, 80.000 universitarios y una población importante de turistas. El resto de la plantilla no está excesivamente inflada. Podría hacerse una reestructuración en Urbanismo, puesto que la actividad ha caído mucho.

–¿Qué promete al electorado, teniendo en cuenta los actuales momentos de austeridad?
–Parte de lo que podía prometer lo hemos hecho ya. Hemos renegociado a la baja con todas las empresas que trabajan con el Ayuntamiento, sin perder calidad en el servicio. No hay que subir impuestos de ninguna manera. Lo otro es vender humo.

–¿Ve voluntad en la Junta para llevar a cabo el metro?
–Firmamos un convenio que preveía un coste de 252 millones de euros. A partir de esa firma la Junta no nos ha llamado para nada. No nos han dejado participar en la contratación de la empresa ni en la licitación de las obras. Solamente nos llaman cuando hay que cortar una calle. Nuestra responsabilidad en esa obra es cero. Están haciendo una obra como si estuvieran en medio del campo, sin respeto al tráfico, a los ciudadanos ni a los comerciantes. Es un caos auténtico de norte a sur.

–El ministro Blanco ha llegado a acuerdos hasta con Aguirre. ¿Por qué no con usted?

–Dijeron que el AVE iba a llegar a Granada en 2013 y se comprobó que técnicamente es imposible. Entonces, el PSOE montó una estrategia –en colaboración con el Ministerio de Fomento– basada en proyectar una estación monstruosa, diseñada por Moneo, para que yo tenga que salir diciendo que no se podía hacer y echarme la culpa de que el AVE no llegaba a Granada. El proyecto de la estación preveía un aparcamiento subterráneo de trenes y sólo la excavación tenía un coste de 140 millones de euros. A Blanco, cuando vio aquello, le pareció una barbaridad.

–¿Tiene ya apuntadas las peticiones que le hará a Rajoy y Arenas si llegan a las presidencias del Gobierno y de la Junta, respectivamente?

–A Arenas le pediré que acelere al cien por cien el metro porque la realidad es que está parado. También más competencias en la Alhambra y en la gestión de Sierra Nevada. Luego hay un proyecto que es terminar la circunvalación. Propusimos en 2003 hacerlo nosotros, pero no nos lo autorizó la Junta porque no estaba previsto en el PGOU. Respecto a Rajoy, le pediré que acelere en todo lo posible el AVE. Que se haga la mejor estación y, si puede ser, a coste cero.

–¿Debe un Ayuntamiento pagar a compañías aéreas para que mantengan ciertas rutas en la ciudad?

–Granada es ahora mismo, junto con Madrid y Barcelona, el destino turístico más solicitado de fin de semana. Todo esto a pesar de las infraestructuras que tenemos. Si tuviéramos AVE, un buen aeropuerto y carreteras tendríamos más posibilidades. Lo que hace falta es hacer una buena promoción turística en origen. Espero que Granada sea la que haga despertar la Andalucía oriental que está abandonada.

–El botellódromo parece que está teniendo éxito, ¿es un modelo exportable a otras ciudades andaluzas?

–Estas infraestructuras hay que hacerlas cerca de donde tengan su residencia la mayoría de los jóvenes, para que así puedan ir andando. En una ciudad como Sevilla habría que hacer dos o tres. En los primeros momentos hay que tener la mano dura para evitar que se tomen copas fuera del botellódromo. El peligro que puede ocurrir en esas concentraciones es que pueda haber una avalancha y tengamos una desgracia. Lo que hay que pensar es que hay otras maneras de divertirse y no sólo pegándose testarazos de alcohol.