Ámsterdam

El asalto del coleccionista anónimo

La Feria pone sus esperanzas en las adquisiciones para todos los públicos

El asalto del coleccionista anónimo
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Por un «profundo amor al arte contemporáneo, que es el que refleja mi tiempo, en el que vivo». Con estas palabras recogió ayer Victoriano Rosón el premio de ARCO al Coleccionismo Privado en el día de la inauguración de la Feria. Todas las esperanzas están puestas en las compras privadas, dado el enorme recorte presupuestario para compras de las administraciones públicas. Quizá por eso ésta sea la edición en la que más variedad de precios ha podido verse en Madrid, algunos tan asequibles como unos cuantos cientos de euros, mientras el mercado del arte recupera la confianza a golpe de subastas millonarias. «El arte es un derecho, no un lujo», aseguró Carlos Urroz, director del certamen. Se buscan nuevos coleccionistas.
Las aspiraciones de la organización podrían estar cumpliéndose si sirve como termómetro la iniciativa First Collector, que se puso en marcha el año pasado y por la que expertos en arte asesoran a los compradores privados según sus gustos y capital. Si el año pasado acudieron al servicio unos 17 interesados, ahora van por 64 compradores anónimos. «Se ha interesado gente de todo tipo de perfiles: desde compradores con colecciones de calidad y nombres consagrados que buscan artistas jóvenes y no conocen, hasta una señora que quiere una obra para decorar una casa en la playa», cuenta Elisa Hernando, consultora del servicio. «Manejamos presupuestos que van desde los 1.000 euros a los 100.000, y el tipo de comprador es totalmente diverso. Antes de empezar la Feria ya habíamos recibido un presupuesto conjunto de 300.000 euros», explica Hernando. El mercado del arte no es una burbuja, le afectan los vaivenes económicos y ha padecido los recortes de los empresarios del ladrillo. Pero mientra estos no se han recuperado, los coleccionistas van apareciendo.
Todos los solicitantes son españoles. «Mucha gente tiene interés y una cantidad no muy grande, como unos 3.000 euros, y está perdida. No sabe qué hacer con el dinero», cuenta. El servicio es gratuito, los interesados exponen sus preferencias: pintura, escultura o vídeo; abstracto o figurativo; joven o consagrado... y los consejeros proponen sin llevarse comisión. El arte sigue siendo, según Hernando, «valor refugio» para las fortunas que rehuyen de la Bolsa y de los valores inmobiliarios. «Pero depende de la pieza. Sólo las de calidad pueden considerarse así», dice Hernando, que trabaja con otros clientes en la Feria a través de su propia empresa, Global Art. En ARCO es posible hacerse con una obra de Patricio Cabrera o de Jorge Galindo por unos mil euros. Y hay obras de la castellonense Mar Arza por 235, del camerunés Barthélémy Toguo por 250, y del holandés Renzo Martens por apenas 500.
En todo caso, la polémica es también efectiva: así lo demuestra que la obra de Eugenio Merino en la que una escultura de Franco está dentro de una nevera haya sido vendida el primer día por 30.000 euros. Para la galerista Juana de Aizpuru, «esta edición cuenta con mayor calidad que el año pasado» y se ha hecho una «mejor selección de galerías». «Las 165 que vienen dentro del programa general son más que suficientes. Me parece la feria perfecta», afirmó. Para Elena Ochoa, de Ivorypress, «es momento de un acto de fe, porque no hay espacio para pensar que algo malo va a pasar».

«Proteger lo vulnerable»
La Fundación Coca-cola anunció ayer las primeras adquisiciones de obras de Dionisio González, José Guerrero, Teresa Solar, Cristina Lucas, Adriana Molder, Bleda y Rosa y Gabriela Albergaria, y sus intenciones de aumentar la partida presupuestaria del año pasado, en el que gastó 80.000 euros. La Fundación Banco Santander recibió ayer el galardón al coleccionista institucional más destacado, mientras que el holandés afincado en España Han Nefkens fue elegido como el coleccionista internacional más destacado: «Un país civilizado protege lo vulnerable», dijo en el primer día.


La insólita peripecia de Appel
No hay obras suyas a la venta en ARCO, pero las que ayer se recuperaron habrían costado millones. Más de una década después se han hallado ocho cajas con obras perdidas de Karel Appel (1921-2006) desde 2002. Sin más explicación se perdió la pista a más de 400 cuadros mientras eran transportados desde su estudio a su fundación en Amsterdam. El episodio supuso un drama para el autor, que murió sin saber de su paradero. Han sido encontradas por una empresa de logística en un almacén de Reino Unido, informa Celia Maza.



LA LUPA
Almodóvar, fascinado por los retratos de Pierre Gonnord

El realizador Pedro Almodóvar se tomó ayer la mañana libre, pero no del todo, porque se dio un buen paseo por ARCO, aprovechando que era el día dedicado a los coleccionistas, y él lo es, no sólo de amigos. Con especial interés se detuvo en la galería de Soledad Lorenzo, pero donde pudo argumentar mejor sobre sus gustos fue en el espacio de Juana de Aizpuru. La veterana galerista tenía expuesta obra del fotógrafo Pierre Gonnord. Estaba maravillado ante la imagen de una niña de rizados cabellos dorados, tan inquietante como bella, y por la oscuridad de su traje.